lunes, 22 de febrero de 2016

LLAMADAS, NOTICIAS, CONTROLES.......



       Me encantaría poder expresar en esta nota la inmensa sensación de alegría y satisfacción que uno logra sentir al escuchar al teléfono palabras de afecto que personas cercanas y no tanto, te hacen llegar.

       Nunca pensé yo que estas cuestiones relativas al amor y al afecto me pudiesen hacer tanto impacto. Y más aun teniendo en cuenta que  después de estar años preso, el carácter se transforma en una protección dura y hermética que llega incluso a uno mismo, a poder verse como realmente uno es.

       Vivir privado de la libertad es algo que solo debería ocurrir en casos extremos de incumplimiento de las leyes. Por supuesto que entre esos casos tendrían que estar los magistrados, abogados y demás que a sabiendas tienen a personas inocentes presas. Personas inocentes y también a sus familiares y afectos que padecen el encarcelamiento del ser querido como propio, aun estando ellos en libertad.

       Cuando estas personas que te quieren, te cuentan alguna novedad que lleva incluida una buena noticia, el aquí preso la vive de forma exagerada, al igual que cuando la novedad contiene una mala noticia. Este desequilibrio a la hora de valorar en la justa medida las noticias recibidas es debido al aislamiento social que implica el estar preso.

       La incapacidad humana por conseguir una mejor forma de castigo para el ciudadano que incumple las normas es igual de grave, que la propia incapacidad para entender que la raza humana no es más que una de las numerosas especies animales en el planeta Tierra y también en el Universo.

       Y hoy yo escuché que un amigo mío estaba de vuelta en la sociedad….Tiene un papel que acredita su libertad, y así podrá esforzarse en recuperar los años que el Sistema le quitó intempestivamente cuando así lo decidió oportuno y necesario para mantener el equilibrio del mundo al que dirige.

El Sistema que siempre esta ágil o lento según su conveniencia en cada caso, no deja nada sin controlar ni manipular.

Por esto mismo es que cuando se reciben esas llamadas cargadas de afecto se siente exageradamente bien. Porque uno aprende a valorar algo –normalmente- cuando dejó de tener ese algo. Ese algo muchas veces tiene nombre y rostro, otras solo son palabras, gestos, risas, paseos, lecturas o sueños…..

       Sigo esperando esa llamada que confirme la mala praxis del Sistema.

       Valentín Temes Coto.


COPIA LITERAL DEL ESCRITO DE VALENTIN.
Lolo Temes Coto.


       

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