miércoles, 24 de febrero de 2016

FICCIÓN Y REALIDAD.

             Les conté en algunas notas anteriores, que suelo leer, cantar, escribir, soñar, jugar ajedrez, jugar fútbol, meditar, reír –las más veces que puedo-, llorar –en muy contadas ocasiones-, vivir…. Sobrevivir en un medio hostil para la psico.

       Todas estas actividades, actitudes más bien, me permiten seguir estando “entero y fuerte” en medio de esta injusta situación que me obligan a sufrir personas inescrupulosas con título de magistrados.

       Y ahora comencé a inventar historias, relatos de situaciones que se van dando en cualquier lugar de nuestro planeta. Son sus protagonistas, gentes de muy diversos lugares, de diferentes razas y religiones, que en muchos casos tiene similitudes con personas reales que fueron pasando por mi vida.

       Quisiera poder incluir en este Blog alguna de las historias ya escritas, que bien podrían dar significado a situaciones que hacen directamente con la ilegal privación de libertad que soporto desde hace casi cinco años. Pero como cada uno de esos relatos son más extensos de lo que aconseja el uso de este Blog, solo me voy a permitir incluir aquí unos párrafos para que podamos ver una vez más como la realidad puede superar a la ficción.

       -“La historia se corresponde con los años ochenta en España y el protagonista es un militar casi en edad de jubilación que añora tiempos pasados y sufre con los venideros donde los españoles hablan de paz y libertad. Su nombre es don Jesús, y con apellidos de antiguos conquistadores que son, Cortes De La Vega, se presenta ante sus semejantes con el talante de considerarse un ser superior. Alguien lleno de prejuicios y acostumbrado a ordenar y mandar sin la menor consideración por el que recibo sus órdenes. Don Jesús amaba todo lo que refería al régimen de Franco. Sus pomposas frases solían llevar una referencia al orden, a los justo y a lo divino, que él consideraba eran los principales valores que durante cuarenta años Franco había inculcado en los españoles. Don Jesús odiaba la libertad con la que la sociedad ya se expresaba en aquellos complicados años 80. También despreciaba la palabra y su significado el escuchar “democracia”…. Para él era sinónimo de anarquía, descontrol, desastre… Don Jesús –al igual que Franco- se consideraba un elegido de Dios para imponer su disciplina y orden necesarios aun por encima de la Ley. Don Jesús era el elegido del Dios que le permitía decomisar contrabando de tabaco americano y permitir su venta a cambio de unas pesetas. También el mismo Dios, tan justo y piadoso como él, le guiaba para poder tener a su servicio a una madre con una hija que entre sus labores cotidianas tenían que pasar por el lecho de Don Jesús. Así podían seguir teniendo sus empleo de domesticas en la casa de un elegido de Dios. Don Jesús, Dios y sus amigos conformaron una asociación criminal ilícita y dieron un golpe de estado para tumbar la joven democracia que estaba llevando a España por el mal camino. Pero ese golpe fracasó –por suerte para todos los españoles- y Don Jesús se convirtió en uno de los “arrepentidos” que delató a sus compañeros y así pudo conservar su rango, su sueldo y seguir cínicamente dando órdenes, y recibiendo las bendiciones de su Dios…."

       Don Jesús me recuerda al que hoy es un ex juez argentino que cometió mil tropelías, se fue, volvió, siguió haciendo su mala vida y ahora espera para enfrentar las denuncias penales que le esperan. Este simil de Don Jesús también cobró mientras luchaba contra el delito como juez y también era un “elegido” de ese Dios común que todos los tiranos conocen. Don Jesús y Don Jorge Ángel, el primero en la ficción y el segundo en la realidad –que a mí me toca- son dos seres despreciables, parecidos, casi iguales, que no se aun como los dos terminaran. ¡¡Veremos!!

       Valentín Temes Coto.

ES COPIA DEL ESCRITO DE VALENTIN.
Lolo Temes Coto.


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