Los primeros días
en la cárcel, y también las primeras semanas fueron difíciles para mí. Aparte
de la propia situación que enfrentaba, también me causaba gran aflicción cuando
otros internos eran trasladados o sancionados después de una riña o pelea. Aun
considerando que el módulo donde yo me encuentro es de “conducta”, y por lo
tanto, las situaciones violentas son excepcionales.
Los años aquí
encerrado, preso, secuestrado; me curtieron como para no sentirme afectado ante
situaciones que antes me hacían daño. También se termina teniendo otro
entendimiento sobre las situaciones particulares que afectan a otros internos.
Y es que antes –al
principio- cuando veía a alguno enganchado a sus adicciones que solo podía calmar
con pastillas y con cigarros, me dolía el corazón. Ahora ni siquiera registro
quienes, como ni cuando calman sus necesidades.
Es por estas
cuestiones y otras muchas más, que tengo el convencimiento de lo inútil y absurdo que es el pensar que la
cárcel puede sociabilizar o recuperar a los presos.
Y tengo otro
convencimiento que cada día se hace más firme:
Las cárceles tendrían
que estas habitadas por lo corruptos políticos, los criminales corruptos jueces
y fiscales que se demuestre su ilícito comportamiento.
Así lo
considero, porque cuando un juez o fiscal son capaces de enviar a prisión a
personas inocentes, con el único fin de encubrir delitos y delincuentes
criminales; solo les tendría que quedar como futuro la cárcel… Esa cárcel que
yo rechazo para la sociedad civil, para los ciudadanos que somos manipulados,
engañados y estafados por políticos y magistrados que también hacen política.
Creo que lo
único positivo que se genera en una persona al estar presa, es el sentimiento profundo
de desprecio por el Sistema y sus representantes.
Quisiera poder
dedicar el resto de mis días a convencer a personas comunes sobre la imperiosa
necesidad que tenemos como sociedad de rebelarnos y rechazar las mentiras
impuestas por el Sistema y sus representantes.
Cada uno de
nosotros desde nuestro lugar, en nuestras casas, en los pueblos y ciudades, en
las calles y en las escuelas, en los trabajos, en las carreteras, en todos
lados, uno a uno y todos juntos reclamar, denunciar y conseguir que los
corruptos se tengan que apartar. Pelear por llegar a entender como individuos
que no se puede ser corrupto. Que los valores fundamentales de siempre no están
solo para ser nombrados en discursos o en resoluciones, sino que tienen que ser
nuestro manual de práctica común.
Al escribir esta
nota me pregunto que pueden pensar algunos cuando la lean….
¿Podrán aquellos
que yo denuncio e insulto repetidamente leer esta nota y seguir como si nada?
La respuesta es SI.
Sí, porque son
ellos y muchos más como ellos son los que nos encarcelan a todos nosotros sin
importarles más que sus propios egos.
Estas cárceles
serán para ellos….
Valentín Temes
Coto.
ES COPIA DE LO ESCRITO POR VALENTIN
Lolo Temes Coto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario