Todos los que me conocen saben que no me gustan los niños
pequeños. Es cuando se hacen adolescentes, que logran conquistar mi atención y
mi aprecio; consiguiendo normalmente que se establezca una buena relación entre
ellos y yo.
Pero conozco a un chico que hoy tiene 12 años, y que lleva
desde los 7, yendo a ver a su padre a la cárcel, que me rompe el corazón,
primero porque el padre es inocente del delito por el que está encarcelado, y
segundo y más terrible, es porque los jueces del TOPE3 a sabiendas, con dolo,
de forma calculada y premeditada destrozaron la vida de este chico que no
entiende el motivo que lo obliga a no poder nombrar a su padre en el colegio
con sus amigos, ni con los padres de esos
chicos que lo consuelan sin mencionar la falta del papa.
Lo que estos jueces realizaron con este niño, es un crimen que
merece el mayor de los castigos posibles.
Condenaron a una criatura a crecer sin su padre y no poder
siquiera defender su ausencia.
Hoy este chico de 12 años ya está comenzando a poder entender
cuestiones y conceptos que hacen a la situación de su padre, y que hasta ahora
le eran imposibles de lograr.
Yo me pregunto qué pasará con este muchacho cuando ya hecho un
hombre se encuentre con las resoluciones que digan que su padre era inocente
del delito imputado, y que aquellos jueces que tanto lo hicieron llorar a él y
a todos sus familiares fueron los que a SABIENDAS cometieron una serie de
delitos para que su PADRE PASARA MÁS DE CINCO AÑOS PRESO.
Cuando veo el rostro de este muchacho en la sala de visitas,
me siento obligado a contener las lágrimas y darle gestos de alegría y
esperanza. Lo hago con el convencimiento de que este niño será un hombre fuerte
y valiente que enfrentará con decisión valiosa y positiva el recuperar el honor
robado y superar la tremenda humillación de haber tenido a su padre preso
cuando más lo necesitaba.
Niño, chico, te quiero mucho por ser hijo de quien eres, y por
haber sabido sufrir dignamente esta condena a la que unos desalmados te
sometieron.
Todos nosotros necesitamos que se haga justicia, y que estos
delincuentes disfrazados de magistrados decentes, paguen sus culpas en la
cárcel, pero este muchacho tal vez se la mayor victima que reclama justicia de
sus propios victimarios.
También por ti, Tomás, seguiremos luchando hasta el fin.
Valentín Temes Coto.
COPIA LITERAL DE LO ESCRITO POR VALENTIN
Lolo Temes Coto.
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