Un hombre perdió a su esposa y a su hija cuando los llamó por
teléfono desde esta cárcel argentina.
La mujer le dijo claramente que no volvería a hablar con él,
así como tampoco permitiría que su hija de diez volviese a verlo ni a
comunicarse con él.
Era la segunda vez en seis años que este hombre caía preso.
Antes había estado casi cuatro años detenido en España; y ahora aquí tendrá que
pasarse otros dos años y cinco meses.
Después volverá a España, se irá expulsado e intentará reempezar
el contacto con su hija… A la mujer ya la dio por perdida. Se quedó sin
compañera, sin esposa, sin amor…
Dos días necesito este hombre para cuantificar el valor de sus
pérdidas. Me sorprendió que en un principio el dolor y disgusto referían a la
mujer; lo entendió como una traición, un engaño. Pero de seguido entendió que
su pérdida más valiosa era su hija.
Dejó de lado los reproches hacia aquella que había sido su
esposa durante más de diez años, y comenzó a buscar alguna forma de poderse
contactar con la niña de diez años, con su hija.
Recurrió a su familia para intentar crear ese vínculo, pero
sus hermanos no tomaron ningún compromiso con él. También están dolidos y
desengañados por tener que volver a saber que él está nuevamente preso.
No tiene casa, ni coche, ni amigos. Perdió a su mujer, a su
hija y a sus hermanos. Todos lo desprecian de una u otra forma, y solo puede
intentar sostenerse y salir adelante por sí mismo.
Escuchando la historia de este hombre, y viendo que otros también
pasaran por situaciones similares; yo creo que este hombre perdió lo que ya no tenía.
Perdió como otros muchos presos, porque sus mujeres, hijos y hermanos no los querían
realmente.
¿Saben por qué?
Porque no tiene casa, ni auto, ni dinero, ni poder….
Y ante esa realidad este preso solo da problemas, solo pide,
no puede ofrecer, no tiene presente y menos futuro.
Las pérdidas de un preso, de uno más que es víctima de su
propia vida.
¿Y, estará bien así?
Valentín Temes Coto.
ES COPIA LITERAL DEL ESCRITO DE VALENTIN
Lolo Temes Coto.
ES COPIA LITERAL DEL ESCRITO DE VALENTIN
Lolo Temes Coto.
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