Reír, cantar, llorar y poder compartir con familiares y amigos
una botella de vino.
Este simple y legítimo deseo no lo puedo cumplir porque me
encuentro secuestrado por los representantes de la Justicia Argentina.
Al igual y con similares métodos –actualizados al siglo XXI- que la Santa Inquisición, funcionan hoy algunos “Tribunales Argentinos”. Incluso
lo hacen con la imagen de Cristo en sus despachos.
Ayer me preguntaron por teléfono (una persona muy cercana),
que va pasar cuando no se pueda sostener este ilegal secuestro del que somos
objeto tres personas en Argentina. Respondí con dudas, ya que mis certezas siempre se golpean contra
una realidad corrupta e ineficiente de los Tribunales.
Pero pienso que analizando todos los delitos cometidos por los
aquí denunciados, no puede haber forma de que puedan escapar al peso de la Ley.
Estos son:
Fraguado de causa penal, fraguado de pruebas, destrucción de
pruebas, ocultamiento de pruebas, fraguado de indagatorias, prevaricato, falsos
testimonios, privación ilegal de la
libertad de tres personas inocentes, encubrimiento de narcotraficantes, tortura
psicológica, tortura física y reiterada a manos de jueces….
A los denunciados –magistrados muchos- les pido que se pongan
a sí mismos las penas que les corresponden por cada uno de esos delitos por
ellos cometidos.
Y a los demás les encomiendo que lean un par de veces esta nota
y piensen si soy injusto al creer que no es suficiente una vida para pagar los
delitos que a sabiendas y con premeditación, cometieron entre otros: Jorge
Ángel Brugo; Karina Rosario Perilli; Emilio Marcelo Güerberoff; Luis Alberto
Imas; Luis Gustavo Losada; Claudio Horacio Gutiérrez De La Cárcova; Eduardo J.
Funes; Hernán Hugo Re; Eduardo Emilio Botello; Alejandro Walter Slokar; Pedro
Rubén David; Ángela Ester Ledesma; Liliana E. Catucci; Javier Augusto de Luca;
Facundo Miguel Machesich; Claudio Jorge Calabressi; Miguel Antonio Suarez;
Jorge Alfredo Nappe; Oscar Eduardo Fresno; y TU.
Tú, que todo escuchaste, leíste, escribiste y permitiste que
todos los anteriores cometieran este secuestro intentando legalizarlo con una
sentencia fraudulenta e inexistente.
Tú y solo tú eres aun sin saberlo el máximo responsable de la
situación que yo enfrento.
Mi lugar quedará reservado para los antes nombrados.
Valentín Temes Coto.
ES COPIA DE LO ESCRITO POR VALENTIN
Lolo Temes Coto.
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