martes, 12 de enero de 2016

DESCONFIANZA.



       Desconfiar de las personas es algo que suele resultar imprescindible para la mayoría de la gente.

       Aunque muchas veces cuesta reconocerlo, uno tendría que haber desconfiado de muchos –la mayoría- de los que compartían mi día a día antes de estar SECUESTRADO en esta cárcel argentina.

       La falta de desconfianza que me auto reprocho hace en realidad al dolor que se genera en uno cuando descubres los engaños y falsedades que antes no podías distinguir por vivir una vida alocada y vacía. Una vida de esas que muchos llaman EXITOSA; y que yo hoy desde la distancia del pensamiento, considero un mayúsculo fracaso.

       La desconfianza bien administrada, se puede considerar como una dieta equilibrada para prevenir un buen estado de salud; y esta desconfianza bien controlada nos permitirá una protección del alma, del espíritu que tanto debemos cuidar.

       Y yo tengo un defecto con alto componente genético: NO SOY DESCONFIADO.

       Para algunos, la falta de desconfianza puede parecerles una virtud, y por lo tanto no estar de acuerdo con la valoración anterior. Pero permítanme asegurarles que durante los últimos cuatro años y nueve meses repasé todos y cada uno de mis años disfrutados en este mundo, llegando a la dolorosa conclusión de que si hubiese DESCONFIADO de muchos y en especial de mí mismo, hoy no estaría escribiendo estas líneas en una celda de una cárcel argentina.

       Dentro de ese completo repaso de mi vida, me encontré con un capítulo especial y el más reciente. Es el que hace a esa carencia mía de poder desconfiar de aquellos que me aseguraron que la JUSTICIA repararía mis males.

       Tan ingenuo e incauto resulté, que aun viendo en mi propia cara como me engañaban durante catorce meses de juicio, traté de no dar valor a la DESCONFIANZA  que despertaban en mí, los representantes del Poder Judicial argentino.

       Y ahora que aprendí a desconfiar un poco más, ya casi puedo decir aquello de: “DESCONFIA Y ACERTARAS”.

       Valentín Temes Coto.



ES COPIA LITERAL DE LO ESCRITO DE PUÑO Y LETRA POR VALENTIN

Lolo Temes Coto.


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