sábado, 17 de diciembre de 2016

JUBILACIÓN FORZOSA.

        Las personas que tenemos cincuenta años cumplidos, y que crecimos dentro de un régimen democrático, donde las dictaduras ya casi eran recuerdos de hermanos mayores o de los propios padres, nos encontramos a principio de este s. XXI, profundamente confundidos con la realidad que nos rodea, y totalmente superados por un futuro incierto para nosotros y también para nuestros hijos y nietos.
        Están cambiando muchas cuestiones que afectan a toda la humanidad en cuestión de dos, tres o cinco años. Se genera tal cantidad de información en tiempo real por medio de internet y de las redes sociales, que nos resulta imposible estar al tanto de las noticias cotidianas por el exceso de las mismas.
        Somos personas consideradas jóvenes cuando en la generación anterior –la de nuestros padres-, a los cincuenta años se consideraban viejos. Vamos a vivir en promedio de cerca de veinte años más que nuestros padres, pero….Pero tenemos tal vez un problema aun mayor que ellos; y es que con esos pocos más de cincuenta años ya no contamos como protagonistas de nuestra sociedad.
        Jóvenes, más jóvenes, más sanos, más longevos, pero menos necesarios para nuestros hijos y nietos, de lo que fueron nuestros padres para nosotros.
        Yo soy un apasionado defensor de los jóvenes, y creo que son ellos, lo que hoy tienen cuarenta, treinta y veinte años los que deciden y están obligados a decidir cómo seguir adelante para tratar de lograr un mundo mejor. Es por este pensamiento que yo creo que, salvando las excepciones, todos aquellos que tenemos más de cincuenta años tendríamos que estar dedicados a disfrutar de la vida y poder ayudar y asesorar a los jóvenes bien formados e independientes que ya descubrieron las miserias sociales que nuestra generación hipócrita y tan manipulada se encargó de afianzar bajo discursos absurdos e insensatos donde repetimos sin parar, y sin comprender su significado, la palabra LIBERTAD.
        Llegar a entender tantas cosas importantes con más de medio siglo de vida sobre la espalda, te obliga a ser crítico de todo aquello que durante años parecía ser el ideal de cualquier persona.
        Si cada uno de nosotros hoy pudiéramos hablarnos de frente a un espejo, con sinceridad total, estaríamos cuestionando nuestro propio existir.
        Creo que la solución a muchos de los problemas que hoy existen, y que no logramos dar solución, pasa por admitir que todos aquellos con más de cincuenta años estamos obligados a pasar a un sistema de vida donde no podamos decidir, sobre cuestiones que afectan al colectivo social. Pasar a ser espectadores de lujo con licencia para vivir libremente, pero con el límite a no poder dirigir ni decidir sobre lo que no fuimos capaces de mejorar, sino más bien de empeorar.

        Valentín Temes Coto. 

PUBLICACIÓN COPIADA DEL ESCRITO DE VALENTIN.
Lolo Temes Coto.

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