Sentado al sol en mi silla de plástico, trato de
evitar las sombras que ocupan la mitad del patio de 15x10 m.
Son las
nueve y media de la mañana, la mayoría
de los treinta internos del pabellón se fueron a trabajar….Tengo todo el patio
y todo el sol para mi uso y disfrute.
En este
instante; el que recién ya pasó, me decidí a ir a buscar mi mesa de plástico de
0,80x0,80 m., para escribir esta nota bajo el firme sol que me libera de los
muros y rejas.
Mesa,
silla y bolígrafo de plástico me acompañan junto a un cuaderno recién empezado
con 80 hojas rayadas. Plástico maldito que me permite disfrutar de estos
pequeños lujos carcelarios que sin el plástico maldito no existirían.
Cada
cinco o diez segundos tengo que pasar mi mano sobre el papel rayado que se cubre
de una fina capa de polvo, de broza -que así se llama esta tierra-; y esa broza
que se mete en la ropa, en los ojos y en los pulmones.
Si alguien
hubiere estudiado el terreno donde se construyó esta cárcel hace quince o dieciséis
años, entenderían que el agua y la tierra de este lugar son nocivos para la
salud de los presos y de los funcionarios que aquí trabajan.
Me
pregunto si es posible encontrar alguna lógica, o razón sensata para la mayoría
de los emprendimientos estatales, que suelen estar ensuciados por la corrupción
cuando los aprueban, cuando los construyen, y aún más cuando los utilizan.
Y siempre
es más de lo mismo, se mire como se mire, y se presente como se presente la
gente común somos las víctimas por activa y por pasiva de la corrupción y
desidia que unos y otros dominantes aplican en sus tareas.
Mientras
los legisladores buscan como protegerse y asegurar su futuro de impunidad, para
seguir cometiendo sus tropelías y vivir como seres privilegiados; los gobernantes
de turno ejecutan la legislación que les permite enriquecerse y afianzarse en
el poder. Y ante la actuación de unos y otros, está el omnipotente Poder
Judicial que trata de engañar a la ciudadanía poniendo límites a los
gobernantes y “bailando” sobre aquellas leyes y normas que sus legisladores les
envían para hacerlas cumplir….por el pueblo llano.
Leyes que
no tienen el mismo peso para todos, ya que no todos somos iguales ante la Ley.
Ellos;
los unos, los otros y los otros más viven de forma privilegiada abusando de nosotros,
y haciéndonos creer que ellos son los garantes imprescindibles de nuestra
sociedad democrática y exitosa.
Todos
ellos son falsos y mentirosos, salvando unas cuantas y raras excepciones.
Toda su
teoría es igual de falsa que la doctrina de la religión católica que aun hoy en
pleno s. XXI permite que sus
representantes abusen de seres indefensos, y se esconden en la misericordia de
sus sotanas. Otros pueden matar y ser bendecidos en nombre de Dios para poner
orden en la Tierra…..
Tengo que
correr la mesa y la silla para poder poner fin a esta nota y seguir sintiendo
el sol en mi frente…..Es lo único que aún no pudieron robarnos.
Valentín
Temes Coto.
NOTA COPIADA DE LA ESCRITA POR VALENTIN
Lolo Temes Coto.
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