¿De qué
forma o manera puede una persona defenderse de una imputación penal siendo
inocente, sin terminar sufriendo graves daños, tanto psicológicos y físicos,
como económicos, familiares y sociales? La respuesta es simple y concreta: No
existe forma o manera de no salir perdiendo; aun cuando termines absuelto o con
falta de mérito.
Es decir,
que los ciudadanos estamos indefensos ante el accionar equivocado, exagerado, o
delictivo de la Justicia.
Los
derechos de cualquiera de nosotros son violados e ignorados ante cualquier
requerimiento judicial, aun por infundado que este pueda llegar a ser.
Así las
cosas, y estando absolutamente demostrados los dichos aquí mencionados, pienso
que resulta totalmente justificada la postura de absoluto desprecio por todo lo
que se gestiona y consume en los más diversos Tribunales.
Sería
necesario realizar un cambio integral del Poder Judicial, para conseguir que la
ciudadanía pudiese llegar a confiar, y a sentirse respaldada por los Tribunales
y por sus integrantes.
Es
obsceno, humillante y perverso el concepto mayoritario que tienen los
funcionarios judiciales sobre la realidad humana que hace a una persona cuando aparece dentro de
un expediente, tanto sea querellante o imputado.
La
depreciación del criterio implementado es de tal magnitud, que incluso personas
honestas, coherentes y justas que cumplen como funcionarios judiciales, terminan
actuando como seres incapaces e inconsecuentes ante situaciones claras y simples.
Y el
efecto peor y más costoso para la sociedad, se produce cuando actúan los
corruptos sin escrúpulos que están escondidos en medio de aquellos
ineficientes, simples y vagos que conforman el Poder Judicial, junto también a
una minoría correcta, eficiente, y honesta clase de funcionarios judiciales;
que suelen ser perseguidos y apartados por la mayoría señalada en primer lugar.
Considero
de imposible solución a corto plazo esta situación actual del Poder Judicial.
Creo que serán necesarias varias generaciones, para conseguir lograr una
notable mejoría de la actual realidad.
Pero
también es posible, casi probable que jamás consigamos solucionar la problemática
que hoy nos daña. De ser ese nuestro futuro, y no poder encontrar soluciones
como las que refieren a la implementación de inteligencias artificiales; estaríamos
ante una nueva etapa oscura de la humanidad, como ya ocurrió siglos atrás.
Cuando
una profesión se convierte en una determina clase social, dentro de la
cotidiana y habitual, estamos ante inmensos y peligrosos problemas colectivos.
Algunos
lo llaman CASTAS.
Valentín Temes
Coto.
COPIA LITERAL DEL ESCRITO DE VALENTIN.
Lolo Temes Coto.