domingo, 13 de marzo de 2016

SOBRE LA LIBERTAD ¿?



       ¿Podemos ser capaces de entender lo que significa para todos nosotros los humanos la palabra libertad?

       NO. La respuesta categórica y concreta es NO.

       Aunque todos formamos parte de una misma sociedad, -me refiero a la sociedad occidental- somos tan distintos entre nosotros, y tenemos tan dispares tipos de vida, que no resulta posible encontrar a dos personas que coincidamos en nuestras valoraciones sobre la libertad.

       Por supuesto que la inmensa mayoría quiere ser libre, y cree incluso que es una persona libre. Cierto que prácticamente todos creemos, y manifestamos que la libertad es uno de los principales derechos del hombre.

       Pero nos encontramos con un problema muy grande, cuando tenemos que “autorizar” a ciertos miembros de nuestra sociedad a poder decidir a su libre albedrío quien puede y quien no puede ser libre. Esos que tienen el privilegio y responsabilidad enorme de poder decidir sobre la libertad de un semejante, están obligados a decidir de acuerdo a una serie de normas y ordenanzas que se llaman leyes. Estos seres “casi superiores” por el estatus que le entregamos, tendrían que reunir una serie de condiciones de idoneidad especiales para tan grande responsabilidad.

       Esas personas tan destacadas socialmente, ¿Resultan idóneas para sus cargos? ¿Son controladas a lo largo de sus años de profesión? ¿Se someten a pericias psicológicas que permitan conocer su estado mental durante su ejercicio de poder?

       Esta nota, con estas preguntas que tantas y tantas veces yo me hago, vienen a cuento al leer los diarios de hoy con las noticias que hacen a un juez que fue condenado a seis años por haber cobrado un dinero y haber dejado en libertad a un narcotraficante –que fue quien lo denuncio- con numerosas causas y condenas pendientes (está prófugo). Otra noticia trata de otro juez también procesado por cuestiones similares al anterior ya condenado, y donde los fiscales piden su detención –previo a perder los fueros de privilegio- para que  no entorpezca las investigaciones ni se dé a la fuga….

       Aparte de esas dos noticias, es que obligadamente pienso en la causa “Manzanas Blancas” y en los más de quince magistrados denunciados penalmente por una o varias acciones delictivas cometidas, donde la mayoría practicaron el prevaricato con el encubrimiento a sabiendas de los colegas involucrados en el armado y fraguado de una causa internacional de narcotráfico. Y cuando uno piensa en jueces y fiscales corruptos que aceptan dinero y otros para conceder o denegar la libertad de tal o cual persona, solo puede –podemos todos los demás- sentir el máximo desprecio, tanto por el juez condenado a seis años (como ejemplo lo pongo), como por los jueces que solo le dieron esa pena después de encontrarlo culpable….

       Fíjense ustedes que la pena dictada a ese juez corrupto es similar que las que se dictan a simples “mulas” que por necesidad de vida se arriesgan a llevar en su estómago medio o un kilo de cocaína. Cocaína que el narcotraficante liberado por el juez seguirá suministrando al mercado……

       ¿Se entiende por qué no podemos pensar de igual manera unos y otros sobre la libertad?


       Valentín Temes Coto.

ES COPIA LITERAL DEL ESCRITO DE VALENTIN.
Lolo Temes Coto.

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