domingo, 27 de marzo de 2016

PROBLEMA.

       Tenemos hoy en día un problema que no tiene por el momento solución posible.

       Somos numerosos los que pensamos que con buena predisposición, criterio y disciplina, bien podemos conseguir dar con la solución definitiva a dicho problema.

       Los menos, los más menos son acérrimos convencidos de que el tan tratado problema no tiene solución posible.

       Los numerosos optimistas, junto a los menos y los más menos pesimistas, llegamos a incluir en nuestras exposiciones, las invocaciones a diferentes dioses, santos o demonios. Pero aun así ni unos ni otros conseguimos avanzar ni entender la realidad del problema.

       Nuestro Problema no distingue razas, países ni géneros. Lo único que si podemos asegurar, es que nació ayer, o tal vez antes de ayer en un lugar cualquiera del Planeta.

       El problema para poder identificar y entender este “Problema”, pasa por conseguir que cada uno de nosotros pueda entender ante sí mismo cuál es su principal problema.

       Anteriormente puse tiempo al Problema, y lo dije en ayer o antes de ayer. Es decir, cuando la raza humana empezó a preguntarse quienes éramos realmente los humanos.

       Quiero pensar que me van entendiendo, y que incluso alguno ya tiene una idea clara sobre el problema y sus trágicas consecuencias para todos nosotros.

       Nadie piense que puede conseguir llegar a una solución de forma individual. Muchos que así llegaron a creerlo se dieron de bruces contra la cruda realidad que supone el fracaso.

       Vamos a considerar que cada uno de nosotros tiene la capacidad de poder identificar el problema, analizarlo y plantear una solución definitiva. De darse esta solución –que muchos también la llegaron a considerar factible- estaríamos ante la peor situación de la humanidad ¿Por qué?

       Porque el Problema que tenemos realmente es nuestra propia impericia para poder definir la dimensión del problema que enfrentamos, y llegarlo a definir con claridad, por los tanto solo conseguimos seguir peleando y hablando de las mismas cuestiones que desde siempre seguimos tratando.

       Pero ayer alguien le puso  un poco de luz a toda la cuestión, cuando dijo que los optimistas y los pesimistas, junto a los realistas y otros muchos sin identificar, éramos “imbéciles”.

       Imbecilidad. ¿Será ese nuestro problema de hoy?

       Valentín Temes Coto.

ESTA COPIADO LITERALMENTE DEL ESCRITO DE VALENTIN
Lolo Temes Coto.




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