Me comentaron
esta semana que un grupo de personas de Santa Fe que siguen nuestro Blog, no
entendían el significado o contenido de determinada nota.
Primero y antes
que nada, agradecer a estas personas su fidelidad y atención para con nuestra
causa.
En cuanto al
contenido de alguna de las notas, decir que ciertamente varias van directamente
dirigidas a tal o cual persona que me consta va leer la nota en cuestión.
Disculpen la mayaría
excluida en esas puntuales ocasiones, pero aun hoy por hoy es este el único
modo que tengo a mi alcance para hacer llegar a ciertas personas mis muestras
de agradecimiento, y a otras mis reproches y denuncias.
Me resulta
altamente gratificante, que existan seres sensibles y bien intencionados que
semana a semana prestan atención en la lectura de las notas que con tanto dolor
y rabia vamos presentando en este Blog.
Para estos
incondicionales selectos de nuestro Blog, amén de agradecer retiradamente su interés,
explicar que tendrán la recompensa moral de poder seguir el proceso que dará
con varios de los aquí tantas veces denunciados, con sus huesos en la cárcel.
Será algo
maravilloso el poder compartir con ustedes el próximo desenlace de nuestra
cruzada, ya que podrá servir de espejo para muchos que tengan la desgracia de
tener que enfrentar al Sistema.
Creo
sinceramente que el mayor logro que nosotros podemos conseguir, no pasa por
lograr mi libertad, aunque sea esa nuestra lucha y angustia primordial. Lo más
importante será demostrar la sucia realidad de cómo funcionan los miembros del
Sistema Judicial, cuando tienen la “toga” de la corrupción puesta.
Ustedes que leen
este desordenado y personalizado Blog, tendrán –aún espero- la satisfacción de
haber seguido nuestra lucha tan desigual contra los villanos, desde aquellos
días en que nuestras denuncias eran despreciadas y archivadas por los más
variados colegas del Poder Judicial Argentino que instintivamente protegían a
los una y otra vez denunciados. Despreciaron nuestros planteos; enterraron las
evidencias que mostramos.
Hoy ya es
imposible poder dejar enterrado en el cementerio judicial tantas y tantas
pruebas que ellos mismos dejaron en los expedientes.
Estaban tan
seguros de su impunidad que despreciaron la más básica de las lógicas humanas,
convencidos de que antes o después nos entregaríamos a una negociación para
conseguir la libertad robada. Pero no fue así porque existen personas que no se
pueden comprar aun en las peores circunstancias de sus vidas.
Y nosotros no
tenemos precio, no estamos en venta.
Valentín Temes
Coto.
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