Me dijo un día un amigo que no me hablaba en la calle porque
él era tímido. Con el tiempo descubrí que ese muchacho -por aquella época hace
ya más de treinta años-, no era tímido, sino estúpido. Lo que el calificaba de
timidez, era realmente la manifestación de una personalidad retorcida y
acomplejada que se correspondía con el ambiente familiar marcado por una alta y
profunda creencia religiosa.
Aquel muchacho fue víctima de sus padres, tíos y abuelos, sin
haber jamás entendido quien realmente era el como persona. Hoy desconozco cuál
es el estado como persona de aquel muchacho, que quería ser mi amigo sin
hablarme cuando nos cruzabamos por las calles de su pueblo.
Tomando como ejemplo el caso aquí presentado, con historia de
hace treinta años; nos podemos situar sin dificultad ante una realidad que
marca la personalidad de muchos de nosotros.
Todo en exceso resulta malo; desde el agua a la leche, y
pasando también por la familia y la religión.
Nace un niño, y es obligación de sus padres criarlo y
educarlo para que llegue a ser mejor persona que sus progenitores. Y eso se
consigue con libertad…Pero fundamentalmente es necesario ser equilibrado sin
aplicar extremos en ninguno de los múltiples factores que hacen a la crianza.
Es aquí donde nos encontramos con la mayor de nuestras dificultades como
especie.: SER EQUILIBRADOS.
Todos los grandes fracasos de la Humanidad están marcados por
la falta de equilibrio y, el exceso de extremismo que aplicamos a gran parte de
nuestras decisiones y acciones.
La intolerancia llevada al límite supone un caos de
incalculables creencias. Pero esa misma intolerancia de forma equilibrada, da
como resultado el orden y el respeto entre unos y otros.
Incluso el egoísmo y la envidia en su justa medida llegan a generar
beneficios para todos. Mientras que cuando la envidia y el egoísmo suponen
nuestros principios de vida, pasamos a convertirnos en la especie más
destructora y malvada de la Humanidad, que nada guarda de humanidad.
Ante este panorama solo se me ocurre pensar que tanto aquel “amigo
mío”, como yo y tantos otros no logramos ser equilibrados durante la mayor
parte de los más de cincuenta años que estamos pegándonos golpes en la que
llamamos VIDA.
Posiblemente encuentre en esta nota, el más fino equilibrio
posible para poder con mis grandes limitaciones intelectuales, pedir disculpas,
cerrar los ojos y firmar la nota para el Blog.
Valentín Temes Coto.
ESTA NOTA ESTA COPIA DE LA ESCRITA POR VALENTIN.
Lolo Temes Coto.
ESTA NOTA ESTA COPIA DE LA ESCRITA POR VALENTIN.
Lolo Temes Coto.
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