Tener la capacidad de poder querer es algo maravilloso. Algo
maravilloso que pocas veces valoramos como corresponde, ya que solemos pensar
que amamos y queremos de forma natural. Es decir, que, igual que caminamos o reímos,
también amamos, también queremos. Pero si nos paramos a pensar en que forma
amamos a nuestras personas cercanas, o como queremos a la naturaleza, o a
nuestras casas, nos podríamos llegar a sorprender al descubrir que realmente no
sabemos ni entendemos cual es el verdadero significado de querer y amar.
Solemos tener muchas y variadas deformaciones de pensamiento
a la hora de poder definir nuestros sentimientos y nuestras capacidades
sensoriales. Por ejemplo, podemos comparar como el sentido del olfato les da
una sensibilidad especial a muchas personas; al mismo tiempo que hace prácticamente
inhumanos a otros muchos. Son todas estas cuestiones que normalmente no solemos
considerar cuando nuestras vidas están dentro de la rutina cotidiana. Pero
cuando uno pasa por circunstancias de enfermedad o encierro, se cuelen
presentar como alternativa a los pensamientos mundanos que van desapareciendo
de forma directamente proporcional al avance de nuestras limitaciones de libertad.
Por encima de las leyes y de las normas que tratan de dar
orden y sentido a la convivencia entre los seres humanos, están los principios
y valores éticos y morales que cada uno de nosotros vamos desarrollando a lo
largo de nuestra vida. Con esos principios y valores debemos de ir trazando un
código de conducta, que debe estar por encima de todo. Con la aplicación de ese
propio código podremos tratar de ser mejores cada día, y de encontrar sentido a
un sinfín de cuestiones que nos fueron impuestas desde antes de nacer. Por increíble
y contradictorio que pueda resultar mi anterior afirmación, creo poder asegurar
que lo más importante para un individuo pasa por despreciar sin desprestigiar
todas aquellas falsedades que nos fueron inculcadas, y que para la mayoría suponen
razón de vida.
Tener la capacidad de poder analizar todas y cada una de las
funciones de pensamiento propio, te lleva a lograr superar con actitud positiva
cuestiones que antes generaban una tremenda y confusa reacción de rechazo y de crítica,
aun si poder llegar a entender realmente cual era el significado de la mayoría
de esas cuestiones adoctrinadas.
Cada día vamos descubriendo infinidad de cosas y
desarrollando numerosas motivaciones para lograr entender y disfrutar cada
minuto de vida, aun en circunstancias adversas de máximo perfil, como es el
estar privado de la libertad ambulatoria.
Respetar, ignorar, comprender, y olvidar a otros que están en
mayor o menor medida cerca de nosotros, supone un ejercicio de vida que va
fortaleciendo nuestro propio yo. No crean algunos que cuando digo ignorar y
olvidar, supone una acción de desprecio o intransigencia por mi parte.
Realmente el poder ignorar a gentes que son capaces de dañar a otros sin ningún
reparo, supone un logro importante para el que consigue…… Y mientras algunos
tratamos de llegar a ese nivel, nos ocupamos de tratar de conseguir, que
algunas de aquellas históricas mentiras inculcadas; puedan ajusticiar y
condenar a los que más tarde llegaremos a despreciar e ignorar por siempre.
Valentin Temes Coto.
ESTE TEXTO ESTA COPIADO DEL ESCRITO POR VALENTIN.
Lolo Temes Coto.
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