Es tan perverso nuestro “Sistema” de convivencia, que cuando
algún grupo social se manifiesta en contra del propio Sistema, lo único que
consigue es perjudicar al resto de la sociedad compuesta por ciudadanos
comunes.
Los poderosos, los que siempre están escondidos entre las
sombras del poder, nunca suelen pagar las consecuencias, aun de los más
legítimos reclamos que la ciudadanía cansada presenta cada cierto tiempo.
El abuso y la tiranía no distingue creencias ni ideologías.
Los tiranos y los corruptos son por igual de izquierdas y de derechas; o
liberales y conservadores.
Tampoco permite el Sistema diferenciar cual es el signo ideológico
de la pobreza. Por el contrario, lo que hace con suma eficacia (el Sistema) es
presentar a los pobres y oprimidos defendiendo los símbolos de la hoz y el
martillo, o las esvásticas; según los intereses del momento oportuno.
Dentro del este Sistema perverso que nos marca el rumbo de
nuestras vidas, se encuentra la “Religión”, y la “Justicia”. Tanto la una como
la otra tienen su permanencia de forma continua en la cima del Sistema. Son más
de dos mil años de continua evolución del Sistema. Una evolución de sus propios
creadores; aquellos que desde el Sistema se dedicaron a evolucionar los métodos
de dominación y abuso colectivo, llegando a conseguir que una mayoría social se
considera libre…..
El gran administrador de la libertad es el Sistema. El mismo
que se asegura de gozar de todos y cada uno de los privilegios que supone la
LIBERTAD.
Pero nosotros, los ciudadanos comunes jamás fuimos libres más
allá de la sensación de libertad, que genera el poder introducir una papeleta
en la urna con el nombre de unos llamados políticos; y que realmente suelen ser
“soldados” fieles al “Sistema”. Es el propio Sistema el que permite hacer esas
boletas con los nombres de aquellos que fueron superando las pruebas de omisión
y fidelidad que están obligados a rendir cuando se postulen para gobernar a la ciudadanía
engañada por el verdadero poder que es el propio Sistema.
Sin opciones reales de cambios profundos, solo nos quedan por
delante los pequeños logros de individuales batallas, en las más variadas
causas justas que enfrentamos día a día.
El Sistema que nos encarcela injustamente, tiene que soportar
el reclamo, la denuncia y el grito de libertad que algunos de nosotros osamos
con presentar en escritos, y denuncias que los “funcionarios” del Sistema
esconden y destruyen sin pudor alguno.
Entender la realidad, es entender la naturaleza humana.
Valentin Temes Coto.
ESTA NOTA ES COPIA DE LA ESCRITA POR VALENTIN
Lolo Temes Coto.