sábado, 23 de abril de 2016

- K I M -

       La semana pasada falleció un buen amigo mío. Se llamaba KIM TAE HU; conocido por TOL, y al que yo nombraba por “KINCHO” (a la gallega).

       Conocí a Kim al primer día que ingresé en la cárcel, y compartimos mesa –rancho en el argot carcelario- durante más de dos años, hasta que él consiguió la libertad después de haber estado detenido durante CUATRO AÑOS Y CUATRO MESES bajo la identidad de otra persona, y no haber sido siquiera juzgado ni condenado.

       Con Kim comprendí lo errado que era mi pensamiento al creer que la Justicia aclararía mi situación y me declararía inocente.

       Con Kim descubrí que existen presos que son inocentes de verdad, aunque la mayoría siempre asegura estar injustamente detenido y ser inocente del delito imputado.

       Compartimos partidas de ajedrez, charlas sobre temas muy variados, y llegamos a tener un vínculo que nos permitía generar un ambiente propio dentro del pabellón, similar al que dos amigos puedan compartir en la vida normal estando en libertad.

       Los dos compartimos historias pasadas de ambos, proyectos para realizar y disfrutar en libertad; y algo que fue fundamental para mí en momentos en que yo prefería la muerte al cautiverio injusto que inevitablemente se estaba ya prolongando: FUERZA MENTAL….

       Kim había nacido en Korea junto a sus dos hermanos. Su padre fue destinado al Consulado Coreano (Corea del Sur) en Argentina. Así que Kim era más argentino que coreano, pero mantenía su cultura oriental como método de vida.

       Mi amigo Kim vivió intensamente sus años de libertad, tanto antes de estar preso, como estos últimos más de dos años hasta su muerta, después de haber recuperado esa libertad que también a él le robó un juez corrupto de este País.

       Ya estando en libertad, me llamaba frecuentemente por teléfono y me animaba e insistía para yo luchara contra el Sistema corrupto que aun hoy me mantiene privado ilegalmente de mi libertad.

       Insistió con mi hermano Lolo y con mi hijo para que confiásemos en la Dra. Bohm y en su amigo Luis Reinoso; y así buscar una defensa técnica que pudiese conseguir destrabar la causa que me tiene “secuestrado”. En enero del año 2015 la Dra. Bohm asumió mi defensa técnica para alegría de Kim que murió asegurando estar cerca mi próxima libertad.

       Kim asistió a varias jornadas del debate oral y público donde ilegalmente me condenaron.

       Él decidió formar una familia hace poco más de un año con una mujer de la comunidad coreana. Hace aún no un mes, nació un hijo al que pusieron de nombre Valentín en honor a mi persona. Antes de registrarlo me preguntó si yo estaba de acuerdo con esa decisión de llamar a su hijo VALENTIN KIM….

       Mi amigo enfermó del hígado y perdió la vida en unas semanas; nos dejó una criatura que lleva mi nombre y muchos recuerdos hermosos de una persona buena como él era.

       La justicia de este País le robó cuatro años y cuatro meses que a bien seguro dieron origen a esa enfermedad que lo mató dos años y medio después.

       Gracias por todo KIM.


       Valentín Temes Coto.

COPIADO LITERALMENTE DEL ESCRITO DE VALENTIN
Lolo Temes Coto.

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