Justamente era
también Miércoles, cuando aquel día 06 de Abril de 2011 llegamos a primera hora
de la mañana con Mariano Bergés al Edificio de Tribunales en Av. Inmigrantes,
1950 y, subimos a la segunda planta para presentarse voluntariamente Valentín en
el Juzgado de Instrucción Penal Económico nº 5, ante el Juez Jorge Ángel Brugo
y su Secretaria Karina Rosario Perilli.
Van trascurridos
sesenta meses de detención totalmente ilegal que sufre Valentín por hechos absolutamente
ajenos a su participación, siendo por el contrario víctima directa de haberlos
cometido otras personas, y que a traición de manera concebida lo hicieron a él
responsable, y armaron esta causa MANZANAS
BLANCAS.
Cinco largos
años, en que hemos sido considerados narcotraficantes, Valentín en primera
persona y………. Personas del entorno familiar y amigos, conocidos
cercanos/lejanos y desconocidos, todos ellos nos prejuzgaron irresponsablemente
de forma vejatoria con lengua viperina y por comentarios de los “corre ve y
dile”, ayudados por los medios de comunicación,
es decir, todo sirve para menospreciar y difamar con sensacionalismo
creyéndose unos que son superiores a otros.
Desde el 16 de
Junio de 2010 –en que se descubrió la cocaína en la Terminal 4 del puerto de
Bs. As.-, Valentín recibió toda clase de consejos de muchas personas, y
mientras se trataba de esclarecer lo sucedido, se estuvo tramitando una
exención de prisión –que no hace mucho descubrimos ser ficticia y fraudulenta en su contra-
durante los nueve meses previos a su presentación a Derecho, que dicho sea de
paso, había quienes le aconsejaban con insistencia a no presentarse, que se
fugara, por lo que él mismo tuvo que tomar uno de los dos únicos caminos que le
quedaban, desaparecer o entregarse a la justicia argentina.
Podía haberse
fugado con total facilidad desde el primer momento, pero entonces sí que a los
ojos de todos daba a entender que era narcotraficante, por lo que eligió la
salida más correcta para lograr llegar a la verdad, y demostrar que nada tenía
que ver con la mayor aprehensión de cocaína de la historia en Argentina.
Error o no
error, más bien horror, es el suplicio que viene sufriendo desde hace tanto
tiempo mi Hermano, pues lo que debería ser justicia se convirtió en injusticia
por la corrupción judicial que está instalada en los responsables de administrar
las leyes en este país.
Fuimos de
fracaso en fracaso, por nuestra parte siempre diciendo la verdad, pero esta era
tergiversada y usada en contra. Llegamos a juicio –catorce meses inhumanos- con
la esperanza de allí lograr la verdad, y nos encontramos que fue un circo cuyo
guion ya estaba escrito con final incluido, al que se llegó con una sentencia condenatoria
desproporcionada; fue un linchamiento.
Nada tuvieron en cuenta los
magistrados a favor de los imputados –las pruebas de descargo y atenuantes eran
reales, ningún testigo declaro en contra-, pero todo daba igual, había que
sentenciar y punto, pues aunque no
probaron las acusaciones –Fiscal, Eduardo J. Funes y Querella, Facundo Miguel
Machesich- haber cometido el delito los imputados, se valieron de mentiras y
falsedades que acepto de buen grado el Tribunal Oral Penal Económico Nº 3 –Luis
Alberto Imas, Luis Gustavo Losada y Karina Rosario Perilli- en pleno, para sentenciar
tal como ya habían establecido antes de comenzar la farsa del juicio oral.
Fíjense, Karina Rosario Perilli,
que actuó como Secretaria de Instrucción en los nueve primeros cuerpos de la
causa; tomo declaraciones a personas en la etapa instructora, después a las mismas
en juicio de debate, y firmo la sentencia condenatoria ¿Cómo se entiende esto?
Fácil, fácil, cumplió una misión encomendada.
Un juez no puede juzgar hechos
ocurridos antes de su nombramiento. Perilli fue nombrada jueza el 05/Julio/2010,
los hechos fueron el 16/Junio/2010, por lo tanto no es juez natural en este
caso, y a mayores violo la garantía de juez al actuar como secretaria en
primera instancia, todo lo cual es de conocimiento de todas las partes
intervinientes y lo consintieron al no cuestionar esta situación irregular y
desproporcionada, con el todo vale. Tanto es así, que la misma Cámara Nacional
de Casación Penal-Sala II –Alejandro Walter Slokar, Ángela Ester Ledesma y
Pedro Rubén David-, avalo la actuación de Karina Rosario Perilli, lo que viene
a ser un encubrimiento en toda regla.
No voy a extenderme más y más en cuestiones
que hacen a las actuaciones de todas estas personas –y otras-, que lo hicieron de
manera delictiva con dolo manifiesto agravando la situación de Valentín, por
ello están todos ellos denunciados penalmente.
En la actualidad, y habiendo
cambiado la defensa técnica –en buena hora, una pena no haberlo hecho antes,
pues el contacto existía- desde comienzos del año 2015, abriendo la vía penal
en contra de los mencionados y bastantes personas más, se lograron avances
importantes al descubrir ocultamiento, sustracción y destrucción de medios de
prueba y de documentos, así como nulidades absolutas de la causa principal.
Resumiendo, estamos en un momento
decisivo para que beneficiosamente se produzcan acontecimientos resultantes del
esclarecimiento que están tomando las medidas adoptadas por el juzgado nacional
en lo criminal y correccional federal actuante, que al estar constatando
nuestros reclamos reiterados de las pruebas presentadas, va tomando
conocimiento de cuál es la realidad de esta situación ilegal de privación de
libertad que sufre Valentín.
Cinco años -sesenta meses-, se
dice muy pronto, pero hay que pasarlos en esta situación de indefensión, padeciendo
todos los perjuicios ocasionados y hubo que afrontar, percibiendo gente que se
alejó –abiertamente unos y otros con hipocresía-, que nadie hizo caso a
nuestros dichos pidiendo justicia -más bien todo lo contrario, que eran
estrategias inverosímiles-, tiempo que somos tachados de lo que no somos,
tiempo que no será jamás recuperado a ningún nivel –ni personal ni económico-,
tiempo perdido que todavía aún no sabemos lo que faltara, tiempo que hubo que
adaptarse a una nueva forma de vida, tiempo que….; si bien a priori el objetivo
es conseguir que liberen a Valentín, y después poder normalizar en lo posible la
estabilidad perdida.
En fin, es lo que hay y hay que
luchar para no perder y, lograr que la verdad resplandezca no dejando ninguna sombra de duda.
Saludos,
Lolo Temes Coto.
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