miércoles, 6 de abril de 2016

CINCO AÑOS.

       Justamente era también Miércoles, cuando aquel día 06 de Abril de 2011 llegamos a primera hora de la mañana con Mariano Bergés al Edificio de Tribunales en Av. Inmigrantes, 1950 y, subimos a la segunda planta para presentarse voluntariamente Valentín en el Juzgado de Instrucción Penal Económico nº 5, ante el Juez Jorge Ángel Brugo y su Secretaria Karina Rosario Perilli.

       Van trascurridos sesenta meses de detención totalmente ilegal que sufre Valentín por hechos absolutamente ajenos a su participación, siendo por el contrario víctima directa de haberlos cometido otras personas, y que a traición de manera concebida lo hicieron a él responsable, y armaron esta causa MANZANAS BLANCAS.

       Cinco largos años, en que hemos sido considerados narcotraficantes, Valentín en primera persona y………. Personas del entorno familiar y amigos, conocidos cercanos/lejanos y desconocidos, todos ellos nos prejuzgaron irresponsablemente de forma vejatoria con lengua viperina y por comentarios de los “corre ve y dile”, ayudados por los medios de comunicación,  es decir, todo sirve para menospreciar y difamar con sensacionalismo creyéndose unos que son superiores a otros.

       Desde el 16 de Junio de 2010 –en que se descubrió la cocaína en la Terminal 4 del puerto de Bs. As.-, Valentín recibió toda clase de consejos de muchas personas, y mientras se trataba de esclarecer lo sucedido, se estuvo tramitando una exención de prisión –que no hace mucho descubrimos  ser ficticia y fraudulenta en su contra- durante los nueve meses previos a su presentación a Derecho, que dicho sea de paso, había quienes le aconsejaban con insistencia a no presentarse, que se fugara, por lo que él mismo tuvo que tomar uno de los dos únicos caminos que le quedaban, desaparecer o entregarse a la justicia argentina.

       Podía haberse fugado con total facilidad desde el primer momento, pero entonces sí que a los ojos de todos daba a entender que era narcotraficante, por lo que eligió la salida más correcta para lograr llegar a la verdad, y demostrar que nada tenía que ver con la mayor aprehensión de cocaína de la historia en Argentina.

       Error o no error, más bien horror, es el suplicio que viene sufriendo desde hace tanto tiempo mi Hermano, pues lo que debería ser justicia se convirtió en injusticia por la corrupción judicial que está instalada en los responsables de administrar las leyes en este país.

       Fuimos de fracaso en fracaso, por nuestra parte siempre diciendo la verdad, pero esta era tergiversada y usada en contra. Llegamos a juicio –catorce meses inhumanos- con la esperanza de allí lograr la verdad, y nos encontramos que fue un circo cuyo guion ya estaba escrito con final incluido,  al que se llegó con una sentencia condenatoria desproporcionada; fue un linchamiento.

Nada tuvieron en cuenta los magistrados a favor de los imputados –las pruebas de descargo y atenuantes eran reales, ningún testigo declaro en contra-, pero todo daba igual, había que sentenciar y punto,  pues aunque no probaron las acusaciones –Fiscal, Eduardo J. Funes y Querella, Facundo Miguel Machesich- haber cometido el delito los imputados, se valieron de mentiras y falsedades que acepto de buen grado el Tribunal Oral Penal Económico Nº 3 –Luis Alberto Imas, Luis Gustavo Losada y Karina Rosario Perilli- en pleno, para sentenciar tal como ya habían establecido antes de comenzar la farsa del juicio oral.

Fíjense, Karina Rosario Perilli, que actuó como Secretaria de Instrucción en los nueve primeros cuerpos de la causa; tomo declaraciones a personas en la etapa instructora, después a las mismas en juicio de debate, y firmo la sentencia condenatoria ¿Cómo se entiende esto? Fácil, fácil, cumplió una misión encomendada.

Un juez no puede juzgar hechos ocurridos antes de su nombramiento. Perilli fue nombrada jueza el 05/Julio/2010, los hechos fueron el 16/Junio/2010, por lo tanto no es juez natural en este caso, y a mayores violo la garantía de juez al actuar como secretaria en primera instancia, todo lo cual es de conocimiento de todas las partes intervinientes y lo consintieron al no cuestionar esta situación irregular y desproporcionada, con el todo vale. Tanto es así, que la misma Cámara Nacional de Casación Penal-Sala II –Alejandro Walter Slokar, Ángela Ester Ledesma y Pedro Rubén David-, avalo la actuación de Karina Rosario Perilli, lo que viene a ser un encubrimiento en toda regla.

No voy a extenderme más y más en cuestiones que hacen a las actuaciones de todas estas personas –y otras-, que lo hicieron de manera delictiva con dolo manifiesto agravando la situación de Valentín, por ello están todos ellos denunciados penalmente.

En la actualidad, y habiendo cambiado la defensa técnica –en buena hora, una pena no haberlo hecho antes, pues el contacto existía- desde comienzos del año 2015, abriendo la vía penal en contra de los mencionados y bastantes personas más, se lograron avances importantes al descubrir ocultamiento, sustracción y destrucción de medios de prueba y de documentos, así como nulidades absolutas de la causa principal.

Resumiendo, estamos en un momento decisivo para que beneficiosamente se produzcan acontecimientos resultantes del esclarecimiento que están tomando las medidas adoptadas por el juzgado nacional en lo criminal y correccional federal actuante, que al estar constatando nuestros reclamos reiterados de las pruebas presentadas, va tomando conocimiento de cuál es la realidad de esta situación ilegal de privación de libertad que sufre Valentín.

Cinco años -sesenta meses-, se dice muy pronto, pero hay que pasarlos en esta situación de indefensión, padeciendo todos los perjuicios ocasionados y hubo que afrontar, percibiendo gente que se alejó –abiertamente unos y otros con hipocresía-, que nadie hizo caso a nuestros dichos pidiendo justicia -más bien todo lo contrario, que eran estrategias inverosímiles-, tiempo que somos tachados de lo que no somos, tiempo que no será jamás recuperado a ningún nivel –ni personal ni económico-, tiempo perdido que todavía aún no sabemos lo que faltara, tiempo que hubo que adaptarse a una nueva forma de vida, tiempo que….; si bien a priori el objetivo es conseguir que liberen a Valentín, y después poder normalizar en lo posible la estabilidad perdida.

En fin, es lo que hay y hay que luchar para no perder y, lograr que la verdad resplandezca no dejando ninguna sombra de duda.

Saludos,

Lolo Temes Coto.







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