Esta semana leí
un informe sobre los numerosos casos de abusos sexuales y psicológicos protagonizados
por sacerdotes católicos contra menores en prácticamente todos los países donde
la Iglesia está establecida. Es decir en prácticamente todo el Planeta.
También pude ver
una película basada en hechos reales, donde se cuenta la investigación periodística
llevada a cabo por el diario Global Boston en el año 2001; donde se probó que
más de 90 sacerdotes abusaron de más de mil chicos y chicas también desde 6 a
12 años de edad.
Todo este
problema alcanza al Vaticano, y de hecho es reconocido y condenado por el
propio Papa Francisco. Lo cual no hace que exista obligación entre los eclesiásticos
de presentar denuncia contra colegas que sepan que están involucrados en casos
de abuso.
La causa de toda
esta colectiva degeneración en el seno de la Iglesia, es debido al celibato
obligado. Según datos de especialistas, solo el 50% de los eclesiásticos guardan
y cumplen con el celibato. De ese 50% la mayoría tienen relaciones sexuales con
adultos; y un 6% con menores, cometiendo
abusos de lo más variado en edades infantiles, donde las víctimas en su mayoría
quedan destruidas de por vida y otras
muchas se suicidan. Toda la cuestión aquí descrita está considerada por
los propios especialistas psicológicos que
trabajaron tanto en la ayuda a las víctimas como a los victimarios, como un
fenómeno PSIQUIATRICO COLECTIVO de la Iglesia.
Pese a los
inmensos esfuerzos durante décadas que la Iglesia malgastó en tratar de ocultar
todas y cada una de estas acciones criminales; hoy es de dominio público la veracidad de los numerosos casos
denunciados y la existencia de muchos miles más que jamás fueron denunciados.
Y ante este
escenario, y dejando de lado todo lo que refiere a la corrupción económica que
hace a la Iglesia Católica y que también es de público conocimiento; y amén de
la participación y apoyo de la misma Iglesia en regímenes políticos
totalitarios como fue la convivencia con los nazis, con el franquismo en
España, con el peronismo en Argentina, y más recientemente aun el personal
apoyo del Para Francisco al corrupto gobierno de Cristina Fernández y a ex
funcionarios peronistas involucrados en numerosas causas de corrupción que aun
empiezan a caminar por los Tribunales. Dejando todo esto de lado –reitero-, me
pregunto cómo puede ser que en el año 2016 le sigamos prestando atención y espacio
a las opiniones e intervenciones de este colectivo enfermo que es la Iglesia Católica.
Colectivo que
habla de valores fundamentales al mismo tiempo que comete las mayores
violaciones sobre los derechos humanos. Se involucran en la pobreza para poder
satisfacer sus bajos instintos. Ellos juzgan y condenan a sus propias víctimas.
Valentín Temes
Coto.
ES LITERAL COPIA DEL ESCRITO DE VALENTIN.
Lolo Temes Coto.
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