Dícese de la persona que no tiene sanas sus facultades
mentales. Insensato imprudente……Un loco.
Son muy diversos y variados los tipos de locos que hay en el
mundo, y también por supuesto los que se encuentran encarcelados.
Tal vez, y solo tal vez, todos estemos un poco locos. Pero
seguro, y bien seguro les puedo asegurar que un loco no puede estar encarcelado
juntos a otras personas que no presentan su misma patología.
Aquí en nuestro módulo de conducta dieron entrada a dos
personas que desgraciadamente para ellos y para sus familias, están locos. Como
a los pocos días de su ingreso generaron conflictos con otros internos,
decidieron traerlos para nuestro pabellón, donde la gran mayoría de los treinta
internos tenemos más de cincuenta años y somos considerados “tranquilos”, o
internos de conducta ejemplar.
Los primeros días y semanas fueron de extrema atención y
contención para con las dos personas asignadas a cuidado de los presos “normales”.
Pero resulta imposible saber cómo, cuándo y por qué, se va a generar una
situación violenta, peligrosa o simplemente excéntrica, por parte de cualquiera
de estas dos personas.
Sin entrar en anécdotas ni detalles que en ocasiones resultan
cómicos, y otras veces te violentan y alertan del peligro que supone una
persona desequilibrada; tengo que manifestar que con un esfuerzo de ánimo y de
trato, se puede llegar a conseguir que estas personas puedan convivir en medio
del grupo carcelario. Cuando se presenta un episodio extremo es necesario su
traslado al centro de tratamiento psiquiátrico para neutralizar el extremo
desequilibrio, por medio de tratamiento farmacéutico. A los cinco o seis días
regresa el interno al pabellón y volvemos a intentar controlar sin interferir frontalmente
en el comportamiento de estas personas.
La cárcel no es la solución para la delincuencia; la cárcel no
ayuda a recuperar a un preso; la cárcel es un mal sitio para un loco porque se
ve obligado a vivir en un ambiente hostil, que rechaza de plano su presencia
con agresividad.
Jueces y penitenciarios resultan ser verdugos para personas
que necesitan otro tipo de asistencia, y ayuda distinta a las buenas
intenciones que un grupo de presos sin “enfermar” le puedan brindar a dos locos
encarcelados.
El Sistema demuestra una vez más que los excluidos socialmente
(presos, enfermos, locos…personas comunes), no tenemos puertas donde llamar, ni
respuestas para escuchar.
Tal vez, solo tal vez…yo creo que el Sistema no tiene sanas
sus facultades mentales, y resulta ser insensato e imprudente.
¡Está loco!
Valentín Temes Coto.
ESTA NOTA ES COPIA DE LA ESCRITA POR VALENTIN.
Lolo Temes Coto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario