Esta nota va dedicada a todos aquellos que no pueden
ser capaces de entenderse a sí mismos, y cometen el error humano más antiguo y
básico que se conoce desde el principio de los tiempos: LA ENVIDIA.
Personas
que justifican sus propias falencias, criticando a otros que para ellos
aparecen como “enemigos”. Envidiar para después llegar a odiar a alguien,
supone un paso mínimo, que muchas veces las personas lo damos sin prestarle la
atención que se merece ese movimiento maligno.
Gentes
que desean el mal para el prójimo, no son personas que tengan grandes valores
individuales. Son normalmente seres acomplejados que se disfrazan de fuertes y
exitosos personajes pero que cada día se despiertan atormentados con su propio
rostro ante el espejo.
Aquellos
que van a leer esta nota, y padecen del tan extendido mal de la envidia, les
ofrezco la posibilidad de poderse curar en tan solo unos minutos. Es más simple
de lo que uno puede llegar a imaginar, porque lo realmente difícil está en
sincerarse y ocuparse durante esos contados minutos, de entender realmente
quienes somos y lo que realmente somos.
Verán
ustedes:
Hace unos
días unos destacados investigadores descubrieron fósiles de seres vivos o de
plantas de hace unos 545 millones de años. Ya se habían encontrado fósiles
similares pero con menos antigüedad, en Australia, Canadá, Inglaterra y algún
otro país. Esta información supone y nos ayuda a definir con claridad
científica que “NADIE” creó el Mundo en seis días y al séptimo descanso. Y que
tampoco “NADIE” creo al hombre a imagen y semejanza de “nadie”. Somos fruto de
una evolución, de la cual desconocemos
muchas más cosas que las que conocemos. Ante esta información y el razonamiento
que muchos formulamos; quiero hacer hincapié en lo que escribí en los primeros
párrafos. Todos nosotros somos un misterio para nosotros mismos. Ese misterio
puede ser el causante de pensamientos perniciosos, que muchos manifiestan
envueltos en la “ENVIDIA”, que se convierte en una herramienta para seguir
siendo simples y básicos seres humanos que son incapaces de enfrentarse a las
propias y genuinas dudas sobre nuestra real identidad y capacidad como especie.
La cobardía demostrada por la mayor parte de la raza humana durante los últimos
siglos supone en fracaso inmenso. Fueron estos últimos cuatro o cinco siglos el
“momento” de la evolución humana para poder llegar a entender nuestro origen; o
lo que es más importante aún….nuestra realidad. Realidad que nos llevaría a
saber quiénes somos y de dónde venimos. Con todo el avance tecnológico, y
cultural que venimos realizando, no fuimos capaces de conseguir enfrentarnos a
nuestras propias miserias, y seguimos viviendo como nos han inculcado aquellos
que viven a cuenta de la mayoría silenciosa.
La nota
se termina en este párrafo; y tal vez no consiguió ayudarlos a curarse de la
envidia. Pero a buen seguro que cuando mañana se despierten, pensaran que no
son más que unos fósiles avanzados, que solo serán recordados durante un puñado
de años, por un puñado de personas simples y confundidas. Vive y muere sin
envidia, verás que algo más entenderás. Si no puedes conseguirlo…..Triste final
tendrás envidioso.
Valentín
Temes Coto.
LITERAL COPIA DE LA NOTA ESCRITA POR VALENTIN.
Lolo Temes Coto.
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