Llegar
siempre tarde a cualquier lugar, es algo que me molesto enormemente a lo largo
de mi vida. Pero como resulta que desde hace cinco años y cuatro meses, no
tengo ningún lugar a donde ir; me empezó a resultar curioso que yo siguiera
viviendo mi día a día pendiente del horario, la puntualidad y el cumplimiento a
la hora de utilizar el teléfono, leer o jugar una partida de ajedrez.
Dicho lo
anterior, les cuento que esta semana decidí poner desorden de horarios en mi
vida, y alterar todas y cada una de las costumbres cotidianas tratando así de
poder descubrir alguna gratificación personal ante mi nueve indisciplina
horaria.
Pasaron
no más de cinco días…..creo que solo fueron cuatro; y tengo el convencimiento
de haber fracasado ante la ausencia de un reloj, y una absurda anarquía cotidiana
que solo me generó mal humor, y un perjuicio físico por el descontrol de
horarios a la hora de comer y dormir.
Por lo
tanto, y ya antes de comenzar a escribir esta nota, mis hábitos de vida vuelven
a estar bajo el control de mis tres relojes, y un concreto horario para
realizar las simples tareas de mi vida de preso.
Si
escribo aquí, que la disciplina es algo fundamental en la vida de una persona;
no hago nada que sorprenda ni que resulte revelador. Pero, yo creo que la
disciplina debería de ser algo obligado en cada uno de nosotros, para bien de
la humanidad.
¿Qué pueden
pensar los indisciplinados maravillosos que existen?
Tendrán
que pensar libremente por supuesto; pero es necesario que entiendan que el Mundo
no podría funcionar si fuesen ellos mayoría…..
Conozco
gentes que viven de acuerdo a sus propias prioridades y desprecian las
imposiciones de los demás. Unos se lo pueden permitir y lo disfrutan; pero
otros lo sufren diariamente ante su falta de recursos económicos y humanos.
Entre
unos y otros -mejor dicho-, frente a unos y a otros estamos los disciplinados,
que solo entendemos la vida de una forma que nos lleva en muchas ocasiones a
sufrir las consecuencias de millones de indisciplinados, disfrazados de
escrupulosos disciplinados.
¿Quieren
un ejemplo?
Yo, tú,
ese y aquel.
Un día
les contare…..
Valentín
Temes Coto.
ES COPIA DEL ESCRITO DE VALENTIN.
Lolo Temes Coto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario