Me
resulta curioso que varias personas preguntaran por el significado de la nota
titulada ESA MENTIRA. Pero lo que más me sorprende, es que las preguntas llegan
a través de terceras personas.
Pueden
plantear sus dudas sobre cualquiera de las notas publicadas, por medio del
e-mail señalado en el Blog, y gustosamente responderé a sus preguntas.
Agradezco
el interés de cada uno de ustedes por las publicaciones aquí presentadas; y aclarando
un poco más sobre la mencionada nota paso a explicar.
El
protagonista de esa nota mencionada (ESA MENTIRA) es un muchacho que pasó por
esta cárcel argentina, y estando aquí detenido junto a su padre y otras dos
personas, descubrió que su padre en verdad no era aquel hombre. El joven no fue
capaz de soportar el engaño de haber creído tener a su padre junto a él, para
terminar enterándose en la cárcel que en verdad aquel hombre lo había criado
desde los dos años de edad cuando fallecida su madre, el verdadero padre
decidió irse a vivir a Brasil una nueva vida.
Yo
desconozco los detalles que hacen a la situación del abandono del muchacho, y
como llegó a quedar a cargo de este hombre que hizo de verdadero padre. Esta
historia me llega por boca de uno de los hombres compañeros del padre del
joven, y que fue quien terminó confesando al muchacho la realidad.
Lo que yo
quise plantear al contar esta historia de vida real de personas que uno prácticamente
no conoce; es que la mayoría de nosotros muchas veces convivimos durante años
con nuestras propias mentiras. Mentiras conocidas por nosotros, y muchas veces
mentiras desconocidas, que un día cualquiera llegamos a descubrirlas y a enfrentarlas.
Algunos las enfrentan con el silencio y la resignación, mientras que otros –como
el joven de la historia-, se rebela y rompe con todo lo que vivió durante años.
En mi
caso particular, y sin haber hecho en la nota anterior detalle explicito, son
varias las mentiras con las que decidí vivir mi vida. Las hay de las
consideradas mentiras piadosas; de esas que no hacen daño a nadie, y que son
utilizadas para ayudar a seguir adelante. Y están esas otras mentiras que
terminan siendo la propia realidad de tanto convivir con ellas. Esas que cada
uno de nosotros modificamos de acuerdo a nuestra propia experiencia de vida, y que
de tanto repetirlas, llegamos a olvidar que son mentiras hechas realidad.
Y existe
en verdad una mentira que uno teme descubrir, la confirmación de que realmente
fue una mentira. Una mentira que a más de treinta años de vida ya casi uno
llega a olvidar. Pero aquella lejana mentira dio sentido a una lucha propia, a
una forma de entender y afrontar la vida. Una mentira que uno siempre quería
confirmar como tal, pero que la juventud necesitaba dejarla como realidad
conseguida.
Con los
años son pocas las mentiras del pasado que pueden llegar a lastimar. La
juventud –como la del joven protagonista- no permite muchas veces entender que
todos tenemos que convivir con nuestras propias mentiras, sumadas a todas las
que nos presentan desde el mismo día en que nacemos.
Gracias.
Valentín
Temes Coto.
LITERALMENTE COPIADO DEL ESCRITO DE VALENTIN.
Lolo Temes Coto.
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