jueves, 9 de julio de 2015

PREGUNTAS Y RESPUESTAS.

                               
Hace unas semanas recibí varias comunicaciones de personas que me preguntaban cómo podía soportar con tanta firmeza y tanta fuerza la situación que estoy viviendo, al estar privado de libertad.

Una de esas personas es mujer, profesional vinculada al mundo de la psicología. Y me insistía en lo atípico que le resulta entre otras cuestiones, el ver que con el paso del tiempo me encuentra cada vez más fortalecido y lleno de una energía que le resulta sorprendente dadas las circunstancias del caso… Más de cuatro años preso de forma arbitraria e ilegal, luchando día a día contra el sistema judicial argentino producen un nivel de estrés que dificilmente se puede soportar –según sus propios conocimientos-.

Mis respuestas fueron concretas y claras, aunque extensas ya que al estar comunicado por teléfono los tiempos y los espacios no se ven recortadas.

A las preguntas recibidas se presentan las respuestas que atienden las dudas y los temores de los que por mi situación se preocupan.

Yo no me canso de repetir que después de haber pasado el primer año de encierro de forma bastante traumática, mi mente desarrolló un sistema de defensa y auto fortaleza interior, de la que yo mismo desconocía su existencia.

Un día mi hija me dijo por teléfono -mientras recordábamos todos nuestros sufrimientos- que lo que no mata fortalece… Gran verdad que en mi familia ya está más que demostrada.

Este mismo es lo que ocurre en la cárcel; que si no te destruye te hace inmensamente más fuerte.

La mente puede hacerte cambiar radicalmente, te puede llevar a ser una persona completamente distinta de la que uno mismo creía ser antes de estar preso.

En mis respuestas a esas preguntas, también explico que yo cuento con la gran ventaja de tener un grupo reducido pero inmensamente fuerte e incondicional de personas que me apoyan día a día sin descanso ni sosiego. 

Estas personas son las que me empujaron a tener la determinación indeclinable de presentar lucha sin reparos ante las injusticias a las que me veo obligado a padecer.

No podría yo entender otro desenlace a mi tortura, que no sea la ABSOLUCIÓN. Nuestra absolución, que será al mismo tiempo la condena para los corruptos magistrados que seguimos denunciando ya por más de cuatro años.

No puedo resignar mis derechos ni siquiera ante la tan deseada LIBERTAD, ya que después de todos los esfuerzos que junto a mi familia venimos soportando, no podemos entregar la impunidad a los corruptos que hoy siguen intentando mantenerme privado de mi libertad a como dé lugar. 

Tanto es así que lo hacen despreciando de forma obscena y vulgar las leyes que los obligan a tener un comportamiento digno y ejemplar.

También está presente en mis pensamientos la firme idea que me obliga a continuar todo este litigio tan desigual contra el propio Sistema, para que pueda servir de ejemplo a muchas otras personas que se ven en circunstancias similares a las que hoy yo me veo obligado a vivir.

Y no tengo ningún género de dudas cuando repito sin descanso en mis comentarios, que no pondré fin a esta lucha hasta ver que realmente la JUSTICIA procese, juzgue y condene por lo menos a la mayoría de esos magistrados corruptos que se hicieron cargo de la causa Manzanas Blancas, con el único objetivo de encubrir a los verdaderos responsables de un delito de narcotráfico, y poder a la vez conseguir un beneficio económico y otro de prestigio profesional a cuenta de personas inocentes.

Personas inocentes que junto a nuestros seres queridos llevamos más de cinco años sufriendo todo tipo de abusos, extorsiones, desprecios, y violaciones que nos afectan en todos los aspectos.

Es de tal magnitud y desigualdad nuestra lucha entablada contra la corrupción judicial argentina, que nos hace sentirnos cada vez más fuertes y seguros de poder lograr el triunfo de nuestra justa causa.

Solo dejo sin responder una pregunta que todos me repiten al finalizar nuestras charlas: ¿Aun crees en la Justicia?...

Soy agnóstico, menos en el amor.

Valentín Temes Coto.



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