miércoles, 22 de julio de 2015

OTRA VEZ........MARTIN


                       
El pasado día siete de diciembre del año 2014, escribí una nota donde describía la situación del ciudadano español detenido en Buenos Aires llamado José Martin Martin. Por aquellas fechas este hombre estaba con más de tres años detenido esperando ser llevado a juicio, por ser el responsable del barco donde encontraron setecientos kilos de cocaína con destino a España.

Hoy aún está esperando que lo lleven a juicio para asumir la condena y ser expulsado de Argentina… Así son las cosas, ya que el fiscal le ofreció un pedido de condena de no más de cinco años… Lleva tres años y nueve meses detenido, con lo cual la expulsión que le corresponde a mitad de condena ya está de sobras cumplida.

Pero recién me entero después de haberlo encontrado en uno de los pasillos del módulo, que José Martin tiene diagnosticado un tumor ubicado en el maxilar superior derecho.

También le confirmaron que arrastra una bronquitis crónica con principios de neumonía. Esta enfermedad se la trató y negaron durante más de dos años en el hospital del centro penitenciario.

Si recuerdan las dos notas publicadas en diciembre del año pasado, tendrán presente el reclamo y queja de cómo se comportó el Consulado Español en este caso –como en tantos otros- donde lo único que ahora parece hayan hecho es haber escrito una de esas cartas diplomáticas dirigidas al Tribunal responsable de la seguridad de Martin, para pedir diligencia a la hora de resolver la situación del ciudadano español.

Ciudadano español que en ese mes de diciembre pasado se había declarado en huelga de hambre, sin conseguir ninguna respuesta del Tribunal, y solo recibiendo los consejos de los funcionarios del Consulado que le pedían –para evitar sus propios problemas- abandonara esa postura tan drástica.

Yo solo pretendo con esta nota dejar en clara evidencia la inutilidad del sistema judicial, del sistema carcelario y del sistema diplomático.

Los ciudadanos estamos desgraciadamente perdidos cuando pasamos a depender del criterio profesional de unos y otros funcionarios.

¿Qué tipo de carta le van a enviar ahora desde el Consulado Español a los hijos y hermanos de José Martin?

¿Les anunciaran nuestros funcionarios, que próximamente –dependiendo de la fecha de juicio aún sin definir-, después de que Martin se vea obligado a soportar los comparendos del juicio será condenado y expulsado para que pueda volver con sus seres queridos a compartir dos enfermedades graves que desarrollo en una cárcel argentina?

Considero claro que José Martin Martin se ira de Argentina habiendo pagado una cadena perpetua por las enfermedades que lleva. Pero también es posible –ojala no resulte así-, que la condena puede ser considerada de pena de muerte…

El tumor y los cirujanos decidirán el grado de la pena.

Y mientras los jueces, los fiscales y camaristas de Casación permanecen observando desde la distancia que les brinda su cargo, un drama humano más de un ciudadano común.

Un ciudadano que no les va a complicar la vida con denuncias ni recriminaciones internacionales, porque solo buscaba la libertad asumiendo su culpa, sin importarle ningún derecho más que le pudiese corresponder.

Ahora Martin ya ni siquiera se plantea su injusta situación de prisión preventiva sin plazos legales planteados… ahora José Martin solo reza –porque es católico y creyente- por conservar su vida y no terminar sus días a diez mil kilómetros de su tierra.

La historia de José Martin no es de las que pueda atrapar a los televidentes durante media hora escuchando y viendo la cruel realidad. Es una historia que no representa escandalo para los jueces, ni para los funcionarios diplomáticos. Y ante esta realidad, creo que la vida de José Martin Martin ya solo depende de la fuerza mental que este hombre tenga para poder soportar su encarcelamiento y sus enfermedades mientras otros deciden su inmediato futuro…

La historia de Martin sumada a la de uno mismo y otras que por aquí se conocen, dan por sentado que todo es una BASURA.


         Valentín Temes Coto.

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