sábado, 25 de julio de 2015

INSOLENCIA.

                                        
Me llamó uno de los abogados que esta denunciado penalmente en la causa que se tramita en el Juzgado Federal nº 2 de Comodoro Py.

Manifestó su sorpresa y preocupación por haberse enterado de que figura junto a otras cincuenta y cuatro personas, como denunciadas por su actuación a cargo de la defensa de uno de los imputados en la causa Manzanas Blancas.

Escuche pacientemente sus comentarios, que resultaron de imposible comprensión para mí, ya que la palabrería acelerada y dispersa con la que abarcaba muchos de los asuntos que hacen a la causa, me dejó sin poder encontrar una línea de respuesta adecuada.

Cuando se cansó de explicar, preguntar y responder el mismo todos los planteos, solo me permití anunciarle que su actuación había sido la propia de alguien que no estaba a la altura de la gravedad y complejidad de la causa. Lo hice con tono respetuoso y siempre dejando bien en claro, que precisamente los tribunales estaban para dar solución a las cuestiones que los denunciantes y los denunciados presentan en el marco de la causa ya abierta y en trámite.

Lejos de calmar su nerviosismo, esta persona de profesión abogado dejó caer una amenaza verbal hacia mi persona, que implica otra mayúscula demostración de lo que la mayoría de los abogados –sin distinción de género- son capaces de hacer cuando se enfrentan a alguien que no les permite salir impunes de sus tropelías.

La amenaza es de nulo valor, ya que al haberla declarado, precisamente queda bien en claro que no será esta persona capaz de cumplir lo manifestado.

De todos modos, quiero desde este Blog dejar en claro que la amenaza presentada implica según sus palabras, la posibilidad de ser agredido el primer día que ponga un pie fuera de la cárcel…

Por respeto a todos los denunciados –aunque la mayoría solo merece un profundo desprecio- mantendré el anonimato sobre la identidad del profesional del derecho que perdió los papeles durante su monologo telefónico. Será ante su reiteración, o cuando proceda necesario que ampliaré mi denuncia contra esta persona.

Podrán observar los lectores –seguro que también se incluye al protagonista de la nota- que es de una insolencia total y absoluta lo realizado por un profesional del derecho que anda defendiendo imputados en distintos fueros de tribunales.

Pobre de nosotros que contamos con gentes de tan escaso valor y conocimiento, para ser defendidos ante los corruptos magistrados del Sistema Judicial argentino.


Valentín Temes Coto.

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