viernes, 5 de junio de 2015

SABER Y ENTENDER

La mayoría de nosotros solo conocemos en profundidad las cuestiones que hacen a nuestro trabajo, nuestras familias y nuestros amigos.

La mayor parte de nuestras opiniones que refieren a otros ámbitos se realizan en base a los comentarios que recibimos de otros, y en especial a lo que leemos o escuchamos en los medios de comunicación.

Así es que la inmensa mayoría de las opiniones que vamos formando a lo largo de los años, son manipuladas por las diversas fuentes que se encargan de transmitirlas con tal o cual intención según los intereses que representan.

Resulta difícil el poder discernir la realidad de la mayoría de las noticias que recibimos de forma continua y exagerada incluso.

Es muy complejo saber y entender lo cierto y verdadero de todo lo que nos pasa en el día a día en nuestra sociedad.

Encontrar refugio en nuestro círculo más cercano, después de haber depurado el mismo, es la única posibilidad de estar más cerca de poder ser medianamente felices…

Es tal la degradación social debido a la falta de principios y a la prácticamente inexistente moralidad, que realmente asusta el pensar que de una u otra manera en algún momento vamos a ser víctimas de nuestras propias carencias como individuos, miembros de una sociedad enferma, contaminada, decadente.

Saber y entender a esta altura de la vida solo nos vale como medicina para poder atenuar los síntomas de esa enfermedad llamada degradación social.

Por momentos uno piensa que si cada uno de nosotros reclamamos y enfrentamos a los que se encargan constantemente de profundizar esta decadencia, esta enfermedad llamada degradación, tal vez podríamos encontrar la forma de recuperar esa salud cívica y moral perdida desde hace tantos siglos… posiblemente desde los primeros tiempos en que el hombre se organizó como sociedad. Pero la realidad, la cruel realidad nos hace comprender que aun a pesar de los esfuerzos que una minoría idealista pone práctica, siempre más temprano o más tarde, vuelve la recaída y nos abocamos nuevamente en el sufrimiento de nuestra enfermedad.

Saber y entender, para no poder hacer más que transitar en una vida corta, que cuando uno realmente cree conocerla… se termina.

¿Qué hay que saber y entender, para poder realmente vivir en paz?


Valentín Temes Coto.

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