Escrito para Blog; a 21
de febrero de 2015.
Ayer viernes 20 de febrero, fui en comparendo al Juzgado
Federal nº 6 en comisión especial –un móvil donde viajo solo sin otros
internos-, después de haberme negado los dos días anteriores, al haberme
intimado para hacerlo con la población común.
Durante los catorce meses que duró el debate oral,
conseguimos mediante una acción de habeas corpus, que los tres imputados en la
causa manzanas blancas, fuésemos siempre en comisión especial, después de haber
sido agredidos y amenazados en varios de los traslados anteriores.
No fue el TOPE 3 el que accedió a nuestras peticiones, sino
que se vio obligado el Tribunal, a cumplir con lo dispuesto en la resolución
del habeas que presentamos por medio de la abogada de Claudio Maidana.
Pasé mas de dos semanas antes de ser intimado a ratificar la
denuncia penal contra 55 personas –la mayoría son jueces, fiscales,
funcionarios y abogados- por la privación ilegal de libertad de que soy objeto
desde hace ya casi cuatro años.
Cuando ayer estaba en la celda de ingresos esperando a ser
conducido al móvil para el traslado a Comodoro Py, los funcionarios del
Servicio Penitenciario Federal, me preguntaron si yo tenía alguna objeción a
que pudiesen viajar en el mismo vehículo, dos “homosexuales”…(sic.), travestis
para ser más concretos.
Mi respuesta fue de aprobación, y al igual que en otras
ocasiones anteriores, compartí durante una hora de viaje el espacio de la
camioneta donde esposados en una mano, y enganchados a la cadena de cada uno de
nuestros asientos fuimos acomodados.
Al regreso, ya por la tarde, también me solicitaron el poder
viajar nuevamente de regreso al penal, las mismas personas, más otras dos
señoras que venían para la unidad IV de Ezeiza –penal de mujeres-. Por supuesto
que tampoco puse objeción alguna.
Quiero hoy dedicar esta nota a estas dos personas, que tienen
una fuerte e inquebrantable lucha por buscar y reivindicar su condición sexual.
No voy a entrar en valorar los detalles físicos de cada una
de estas chicas. No quiero caer en las conjeturas y valoraciones que
normalmente expresamos los que tan equivocadamente nos consideramos normales…
Pretendo humildemente hacer mención y dar gran valor y
admiración, a la capacidad que me demostraron ayer estas personas, para ser
felices, para buscar alegría e ilusión en las miradas y en los comentarios
machistas y vulgares del que son objeto diariamente.
Es admirable el escuchar sus comentarios sobre sus rutinas,
la forma que tienen de enfrentar su propia lucha de identidad genérica.
Puede uno comprender los prejuicios que tenemos la mayoría de
nosotros en referencia a estas personas diferentes. Discriminación admitida por
la mayoría de la sociedad, que no fuimos educados para poder no solo entender,
si no conocer la problemática real de las muchas personas que viven condenadas
a un cuerpo que es la manifestación contraria a sus sentimientos e instintos.
Ayer, en el que posiblemente fuese mi último comparendo, aprendí
una nueva lección de humanidad: Todos somos personas, y todos somos muy
similares. Todos nosotros luchamos por ser felices. Y todos podemos encontrar
motivos para reír, aun a pesar de tener que enfrentar cada día la
discriminación de no ser el modelo que la sociedad da por bueno.
Considero que la política, la justicia, y de sobre manera la
iglesia católica, debería de hacer una profunda reflexión sobre las personas
que como ayer me acompañaron en el comparendo tan educador.
Mis respetos para todos los que son mejores que nosotros,
siendo diferentes y viviendo orgullosamente con la reivindicación de su
identidad.
Valentín Temes Coto.
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