viernes, 30 de enero de 2015

SENCILLO COMUNICADO

Hola.

Quizás alguien se este dando cuenta que bajó nuestra frecuencia de publicaciones, lo que es real y somos conscientes, pero no es por nada que nos este afectando perjudicialmente, sino que el mismo Valentin en sus comentarios personales se tomo algo de calma en crear sus reflexiones para prestar atención a otros asuntos de relieve, y por otro lado la marcha de nuestra batalla contra el sistema corporativo de este país esta en un momento se sosiego debido al mes de Enero feriado en Argentina.-

De todas formas, nosotros seguimos activos trabajando incansablemente sin parar día a día para avanzar en lograr como primicia la libertad que a Valentin le corresponde por ley, y los señores investidos están negando ilícitamente con argumentos fuera total de lugar, dictando resoluciones a su antojo tal como les conviene con su propia ley del más fuerte.-

Esperamos ahora en Febrero, retomar nuestras publicaciones con los acontecimientos que vayan surgiendo, para seguir diciéndole al mundo lo que algunos personajes con animadversión manifiesta actúan con impunidad avasalladora, ocasionando daños irreparables sin ningún pudor a seres humanos, que por nuestra parte iremos denunciado aquí y donde corresponda en los cauces legales.-

Nuevamente hago un llamamiento a cualquiera de Vds. que tenga interés en conocer más información detallada, que no dude en ponerse en contacto por el mail reflejado al pie de esta publicación.-

Les invito a que me envíen su mail exponiendo la mínima duda que tengan, o comentario que deseen exponer, y personalmente con sinceridad le corresponderé a su misiva.-

Saludos,

LOLO TEMES COTO








viernes, 23 de enero de 2015

YA NO LLORO MAS


Siempre fui una persona de llanto más bien fácil, tanto ante la tristeza como ante la alegría y la emoción de momentos tales como los logros de deportistas admirados, o hazañas de personas reconocidas por su valor y decisión.
Lloré mucho cuando me encontré solo, encerrado aquella primera noche en una sucia comisaria de Buenos Aires, cerca del juzgado donde me presente a declarar que era inocente…
También derramé muchas lágrimas cuando en las tristes noches en la celda, me acordaba de mis hijos, de mis hermanos, y de todas las personas que yo quería y que no podía ver.
No pude contener las lágrimas la primera vez que vi salir para colonia (prisión del interior de la Argentina), a un interno que no quería salir de este centro. Era un finlandés con más de sesenta años, con problemas de salud físicos y mentales… Fue obligado y despojado de la mayoría de sus pertenencias.
Lloré de alegría y de emoción cuando se fue en libertad aquel amigo coreano llamado KIM, que se pasó cuatro años y cuatro meses preso sin ser juzgado… Así está al día de hoy; pero LIBRE.
Y lloré viendo fotos de personas queridas y leyendo escritos que yo mismo hacia durante horas y horas de soledad.
Rompí en profundo llanto el día que me quería morir y no fui capaz de juntar el valor para matarme.
Lloré calladamente cuando vi en la Unidad 29 de Comodoro Py a hombres de más de setenta años enfermos, que esperaban ir a juicio, y que ni siquiera tenían conciencia de donde estaban. Eran ex militares que les tocaba rendir cuentas por crímenes y abusos, pero también por haber sido simplemente militares en épocas pasadas. Se habían quedado sin ninguno de los derechos humanos reconocidos en el mundo, y por los que ellos mismos eran juzgados…
También lloré cuando el Juez Brugo me dijo –con voz y  risa irónica- la frase de “Bienvenido a la Argentina” como respuesta a mi queja por llevar tres días sin poderme asear ni cambiar de ropa.
Lloré cuando un día se puso un sobrino mío al teléfono y me quedé sin voz, por no poder explicar lo inexplicable.
Tanto llevo llorado, que ahora tengo temor de no poder llorar por nada ni por nadie más.
Cuando escribo esta nota y recuerdo todo mi llanto derramado, pienso que realmente ahora estoy enfermo, porque ni siquiera al recordar todos esos momentos, aparecen las lágrimas en mis ojos.
Tal vez un día me pueda curar, y pueda volver a ser capaz de llorar.
Pero hoy por hoy, ni mis verdugos ni mis amores logran que mi llanto aparezca.
Tal vez sea este, el único efecto cierto que produce la cárcel en un hombre. Y creo que no está contemplado en ninguna sentencia, que alguien tenga que perder el llanto.
Ese llanto que es fundamental para poder vivir y tratar de ser feliz aunque no más sea por momentos…
También eso me robaron los magistrados corruptos que solo saben mofarse de las desgracias ajenas.


Valentín Temes Coto.

domingo, 18 de enero de 2015

LA CÁRCEL............CAMBIO DE PABELLÓN

Escrito para Blog; a 21 de diciembre de 2014.
                                
El jueves 11 de diciembre, de forma inesperada –como siempre ocurren las cosas en la cárcel- nos cambiaron de pabellón a quince de los treinta internos que ocupábamos las celdas en ese recinto, si bien dentro de mismo modulo.
Desde el primer día en que ingrese, siempre permanecí en la misma celda del mismo Pabellón.
Estaba considerado un Pabellón de conducta ejemplar dentro del Penal donde la limpieza y el silencio reinante hacían del lugar, un sitio apacible y relajado donde por momentos los internos olvidábamos nuestra condición de presos. El mérito de todo ese hábitat creado por los que estaban, los que llegaron y los que se fueron en libertad, es de todos los que supimos imponer con respeto y educación los límites de tolerancia necesarios para conseguir lo que las normas escritas del Servicio Penitenciario Federal no pueden lograr.
El preso más antiguo de ese Pabellón era yo. Compartía mesa –rancho, se llama en este lugar- con Claudio Maidana –amigo de años y compañero de causa-, Fernando Machado y Jorge Muiños. Teníamos un grupo humano valioso, que nos ayudaba a estar distendidos y relajados aun estando presos.
Pero ese jueves, alguien del Servicio Penitenciario decidió romper bruscamente, sin aviso ni posibilidad de dialogo alguno, el Pabellón. Una persona decidió cambiar y destruir lo mucho que los presos habíamos creado junto a los funcionarios del Módulo; y seguramente este sentado en un despacho fuera del Complejo de Ezeiza… o posiblemente resulte ser alguno de los que gobiernan y deciden en el lugar. O puede que también este en el mismo Modulo.…
Como fuese, la decisión tomada es una muestra más de lo absurdo e irracional que suele ser el hacer en estos lugares. Sin lógica humana alguna, sin poder de analizar y de debatir, se cambia a la gente como si fuésemos “paquetes” –es el término utilizado por los funcionarios de ingreso y traslado, para referirse a los presos- y se nos niega incluso la posibilidad de volver a recuperar el alojamiento a pesar de tener motivos fundados para ello.
Personalmente, y sin entrar en análisis de las diferencias de un pabellón a otro, y entendiendo que las personas no son ni mejores ni peores en un lugar o en otro; considero que este tipo de medidas solo busca y consigue desestabilizar el equilibrio psicológico de los presos.
Piensen en mi caso, donde llevo cerca de cuatros años en el mismo lugar, donde jamás participé en una riña, ni recibí sanción o apercibimiento alguno por parte de los funcionarios. Donde la celda se convirtió en tu propiedad, el lugar que añoraba durante catorce meses de juicio, con los traslados tortuosos que eso obligo a sufrir…
Muchas veces uno no entiende cual es el motivo que pueda molestar a tal o cual persona. Pero al cabo de tanto tiempo de estar detenido, uno ya descubre que en más de una ocasión, se presentan personas –con cargos de responsabilidad inmerecidos- que se sienten incomodos, o agredidos por personas que nos comportamos con educación y respeto. Lo crean o no, para algunos es más fácil manejarse con los presos que gritan, insultan, pelean o duermen dopados. Pero relacionarse con gentes normales, educadas, que están en este lugar por circunstancias inmerecidas, y que a las claras se diferencian de la mayoría por no ser del medio… Todo eso hace que el resentimiento de algunos, haga posible que se tomen medidas como la del traslado de presos que llegan a mostrarse superiores a los carceleros, aun sin hacer más mérito que el respetar las normas…
De todos modos para mí, tengo que confesar que a ya más de siete días del cambio, esto solo supone una nueva prueba a mi fortaleza psicológica. Una etapa donde vuelvo a reanalizarme mentalmente, para poder asumir el cambio sin crisis. Donde sin entrar a buscar relacionarme con los nuevos compañeros de forma importante, si consigo tener el control del tiempo inmerso en la lectura aun de forma más completa que en el anterior alojamiento. Vuelvo a demostrarme a mí mismo que todo se puede llegar a controlar, que no hay situación que uno no pueda ser capaz de soportar. Y que esta situación generada por el propio e irracional Sistema, se puede conseguir que se convierta en un revulsivo para mi propia persona, en lo que hace a la lucha establecida para conseguir la libertad…
Este cambio de alojamiento sufrido, es una clara demostración de lo inútil que resulta la cárcel, para poder ayudar a alguien a recuperarse y reintegrarse en un futuro a la sociedad.
Situaciones traumáticas, de choque y al filo de lo brutal y agresivo, no pueden generar ningún beneficio en los que las sufren. Por el contrario solo se despierta el resentimiento e impotencia que lleva a la intolerancia de la mayoría de los que sufrimos el encarcelamiento.
Si esta nota es leída por alguno de los jueces que nos tienen encarcelados –injusta, ilegal y delictivamente- a Claudio Hernán Maidana, Nelson Hinricksen, Valentín Temes Coto, y tienen alguna mínima idea de lo que supone estar preso, les recomiendo sanamente que hagan una visita sin anunciar a nuestro lugar de alojamiento… Que no se queden en los despachos donde les ofrecen café y medias lunas, que se sienten en nuestras sillas de plástico, que orinen y defequen en nuestro inodoro, y que se sienten en las celdas de ingreso donde las cucarachas se cuentan por millares.
Sin duda alguna, esa experiencia sería de gran formación para SS.SS y también para alguno de los fiscales y secretarios que por sus hechos delictivos bien tendrían que estar sufriendo lo que tres inocentes ya están hartos de soportar.

Valentín Temes Coto.



jueves, 15 de enero de 2015

PODER ENTENDER

                                    
Me resulta muy difícil el poder entender todas las cosas que están pasando día a día en los medios.
No consigo poder entender los razonamientos que unos y otros realizamos, cuando enfrentamos esas cuestiones que los políticos a través de los medios nos hacen llegar a los ciudadanos
Tampoco me resulta posible admitir la hipocresía que nos llena la mayor parte de nuestros espacios de convivencia.
Y cuando hago todas estas valoraciones, se presenta en mi mente una inmensa duda acerca del futuro. Del futuro que todos tenemos a partir de lo inmediato; y también de ese mismo futuro en manos de nuestros hijos y nietos.
Poder entender nuestra actualidad como personas, para poder llegar a entender nuestro futuro como especie, me sobrepasa y me tildo en mi angustia del presente.
Leer artículos de prensa llenos de falsedades, sin que al autor le importe lo mas mínimo el daño que pueda causar a los que calumnia con sus palabras, me produce impotencia y tristeza.
Enterarme de las acciones que son capaces de realizar magistrados de este País, me asombran y no logro entender, como estas mismas personas no pueden comprender que están destruyendo su propio futuro y el de sus descendientes.
Ya no va a quedar nada de verdadero valor moral en nuestra sociedad… Sera terrible tener que entender que en el siglo XXI no supimos aprovechar todo el desarrollo de la humanidad, más que para ser unos egocéntricos individuos llenos de confusión e ignorancia.
Poder entender todo lo que cada uno de nosotros pensamos y realizamos, es tarea imposible de hacer sin entrar en conflicto. Conflicto con uno mismo y conflicto por el conflicto mismo, sin poder conseguir una solución válida para cada individuo.
Se me ocurre –dentro de mi inmensa ignorancia- que posiblemente tengamos todas estas carencias y problemas como sociedad, porque precisamente nuestro desarrollo como tal se basó y fundamento en profundas mentiras y falsedades.
Falsedades que en un principio bien pudieron ser generadas por el desconocimiento, pero que con el paso de los siglos las fuimos adaptando al nuevo saber y entender. Pero siempre bajo falsedades que se crearon para asegurarse el poder de unos pocos sobre la gran mayoría.
Con más de tres mil años de argumentos falaces sobre cual fue nuestro origen y desarrollo, seguimos cometiendo genocidios defendiendo las variedades de mentiras que a cada grupo nos interesa.
Si cada uno de nosotros consiguiésemos aportar algo positivo y limpio al grupo al que pertenecemos, estaríamos consiguiendo un poco de alivio en nuestro camino hacia la propia destrucción como especie.
Desde mi perspectiva, considero que este deseo mío es más bien una utopía, que algo firme y posible.
Somos muchos, somos complicados y cada uno de nosotros tenemos que morir aprendiendo de nosotros mismos. No sé si será posible que podamos llegar a entender lo más fundamental que tendríamos que haber entendido al nacer: somos seres humanos en evolución… nada más que eso.
Entender esta condición, asumirla y llevar durante nuestra vida esa simple identidad, sin pensar que cada uno de nosotros es más que, y capaz de; sería el éxito que no conseguimos al día de hoy como especie desarrollada.


Valentín Temes Coto.

sábado, 10 de enero de 2015

ES SIMPLE DE ENTENDER

                                  
Realmente ahora entiendo cómo piensan y sienten la mayoría de los funcionarios judiciales de la Argentina y los abogados ligados al poder judicial. Y posiblemente también resulte de igual manera en otros países.
Las personas que por una u otra causa nos vemos involucrados en cualquier expediente judicial, pasamos a ser meros objetos sometidos en cada expediente, dejando de ser considerados personas por parte de los funcionarios.
Todos y según el rol que a cada uno le quepa, seremos tratados con la indiferencia que el sistema judicial tiene instrumentado en los funcionarios y también en los abogados privados que ya actúan en la gran mayoría de acuerdo a los patrones fijados por el sistema.
Tanto los denunciantes o querellantes, como los imputados, procesados, excarcelados, detenidos, condenados o absueltos… todos somos de una u otra forma mal tratados por el sistema y por sus representantes.
Pero lo trágico ocurre cuando hablamos de causas penales y somos las personas las que sufrimos los abusos y la desidia del propio sistema.
Estar preso por tal o cual cantidad de tiempo es irrelevante para los jueces, fiscales y defensores, que ya están acostumbrados a tratar la más variada cantidad de causas con diferentes dramas.
Estos representantes del poder judicial y sus allegados, ni siquiera son conscientes en la mayoría de los casos, de este actuar deshumanizado, e irreverente hacia el propio ser humano. Ellos creen que hacen bien su trabajo, y que se sacrifican por la propia sociedad…
Dejo al margen el análisis de la corrupción. De funcionarios como los “siete magistrados corruptos” por nosotros denunciados.
Solo refiero en esta nota a los que consienten los abusos de otros, y no dan valor a los propios. Algunos que saben y conocen de las arbitrariedades que cometen superiores, o compañeros, y guardan silencio. Los que entienden que así no se puede manejar la justicia… pero no hacen nada para cambiar las cosas, más que criticar en el ámbito donde no se exponen a un enfrentamiento con colegas.
Ver como expedientes de causas penales, y también otras administrativas se dilatan por años por variados motivos de interés o de simple ineficiencia corporativa, es habitual. Tramites que deberían de resultar de suma urgencia y sencillez se convierten por múltiples motivos en plazos de tiempo inmensos. Plazos de tiempo que cuando somos personas las que estamos esperando en estado de detención, se torna ilegal tal actuación… Pero no le importa absolutamente a nadie del propio Sistema judicial, el dar solución a estas situaciones.
La mayor parte de los jueces, fiscales, funcionarios y abogados que viven holgadamente de su trabajo, son personas con pocos valores éticos y morales. Y también en su gran mayoría son cobardes personas que no enfrentan su propia realidad, y por supuesto mucho menos la del prójimo.
Quiero pensar que en algún momento no lejano nuestra sociedad podrá conseguir que se cambie todo este armado judicial que está lleno de ineficiencia, corrupción y desidia. Para conseguir que se pueda dar el cambio necesario, tan reclamado hoy en día por las sociedades occidentales, tenemos que aportar cada uno de nosotros nuestro grano de arena a la hora de denunciar, manifestar y enfrentar al propio Sistema.

Valentín Temes Coto.



lunes, 5 de enero de 2015

FUERZA Y CONVICCION


                                   
Me preguntaban hace unos días, como podía ser capaz de estar soportando la injusticia de estar preso y mantener el buen ánimo, la fuerza y la convicción para seguir día a día luchando contra la corrupción judicial.
Respondí de forma simple, clara y concreta: Soy capaz precisamente, porque tengo la fuerza y convicción, de ser inocente y voy a dar un ejemplo a la sociedad con esta lucha tan desigual…
El diccionario nos dice:
fuerza. (Del lat. fortĭa). f. Vigor, robustez y capacidad para mover algo o a alguien que tenga peso o haga resistencia; como para levantar una piedra, tirar una barra, etc. || 2. Aplicación del poder físico o moral. Apriétalo con fuerza. Se necesita mucha fuerza para soportar tantas desgracias.
convencer. (Del lat. convincĕre). tr. Incitar, mover con razones a alguien a hacer algo o a mudar de dictamen o de comportamiento. U. t. c. prnl. || 2. Probar algo de manera que racionalmente no se pueda negar.
Yo me encuentro obligado a aplicar toda mi fuerza… con la convicción que tengo… y poder así convencer… a los pocos magistrados honestos he independientes que aun puedan existir en este País, para que hagan justicia y pongan a tres personas inocentes en libertad… al mismo tiempo que empiecen a tomar las medidas necesarias, para imputar y procesar a todos las personas que participaron de este entramado policíaco, judicial y empresarial que llamaron “Manzanas Blancas”…
Fuerza y convicción de que no hay personas que no puedan conseguir demostrar la falsedad, la mentira, y la arbitrariedad de unos cuantos magistrados y funcionarios que son lacayos del poder que los manipula.
Al día de hoy, tengo el completo convencimiento de que nuestra causa será ejemplo de lo malo del Sistema, y de lo importante que son los valores éticos de la gente común.
No puedo dudar ya al día de hoy, de que personas como el Juez Jorge Brugo y la Jueza Karina Rosario Perilli, terminarán procesados por delitos de suma gravedad, tales como prevaricación, abuso de poder, arbitrariedad, y cohecho.
Y tendrán estos dos magistrados, junto a los otros denunciados algo que difícilmente van a poder justificar: la privación ilegítima de libertad de tres personas…
Si alguno de los tantas veces mencionados en estas notas pueden leer estas líneas –o alguno de sus conocidos, familiares o amigos- que empiecen a valorar lo aquí expuesto, ya que no pasaran muchos meses para que todo esto ocurra…
¡La Justicia es lenta, pero segura!
Esta frase anterior es más propia de los aquí denunciados, que de un hombre que lleva más de cuatro años reclamando JUSTICIA…


Valentín Temes Coto.