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Segundo.- Es posible que cuando creamos que
lo que vemos es cierto, se pueda convertir en algo que jamás pudiese llegar a
ser lo que jurídicamente se puede considerar racional, de acuerdo a la sana
observación de los designados por y para siempre para este menester. La lógica
indica que según apreciemos lo que consideremos necesario para el bien de
nuestra sociedad, será algo que siempre se tendrá que aportar de forma cual que
los imputados tengan la legalidad para llegar a demostrar que ante nuestra
presencia serán siempre reconocidos como seres humanos. Tal vez en todos estos
años de inquebrantables luchas para poder brindar a los ciudadanos lo mejor de
nuestra amplia y consagrada experiencia de juristas, podamos considerar algunas
premisas como estas, y aun en
situaciones de control fiel de la legalidad.
Tercero.- De acuerdo con lo anteriormente
expuesto, y habiendo sido probado el grado de estupidez presentado ante este
Tribunal, los condeno a la pena de Prisión
Perpetua. Sigan viviendo… en libertad.
En los tres párrafos anteriores pretendo mostrar lo que se
puede hacer cuando se tiene el poder absoluto para hacerlo.
El primero de los
párrafos no guarda ninguna lógica de gramática, y por lo tanto solo se puede
entender como una manifestación grafica sin ningún sentido de comunicación. Más
bien algo propio de una persona demente o excéntrica.
El segundo de los
párrafos, ya tiene manifestaciones que cualquier persona que domine el idioma
español, bien puede hacerlo. Pero seguro que después de haberlo leído, no se
tiene ninguna idea del contenido, del significado de este párrafo. Lo escrito
en este segundo párrafo es la manifestación clara de lo que realmente son
muchos de esos párrafos, que conforman sentencias judiciales y alegatos de
fiscales. Y que se suponen como algo serio y concreto que es utilizado para
condenar o absolver a los ciudadanos. Es decir, que “parrafadas” como la aquí
puesta de ejemplo, forman parte de las farsas judiciales que el Sistema permite
utilizar a algunos de sus fieles lacayos.
Cuando cualquiera de ustedes se pone a leer una sentencia
como la de la Causa Manzanas Blancas –con más de 500 hojas- puede fácilmente
entender lo que con el ejemplo anterior presento. Estamos en este caso ante una
sentencia llena de imprecisiones, falsedades y maliciosos juegos de palabras
que solo buscan confundir al que le corresponda leer y así sostener la
arbitrariedad de un Tribunal en pleno.
Si alguno de ustedes quiere “disfrutar” de la lectura de la causa completa con más de 12000 páginas;
puede solicitar en este Blog su deseo, y se lo haremos llegar. Pretendemos que
la Causa Manzanas Blancas pueda llegar a ser material de estudio en las
universidades de derecho, para que los futuros profesionales no caigan en
comportamientos tan atroces, delictivos y vulgares como los que este grupo de
magistrados y funcionarios judiciales argentinos generaron durante más de
cuatro años de intensos horrores.
No piense nadie que estas manifestaciones, sumadas a los tres
párrafos puestos como absurdos ejemplos del trabajo de algunos –más bien
muchos- magistrados y funcionarios judiciales son exageraciones o simplemente
difamaciones que yo manifiesto. Pueden ponerse a leer a cualquier escritor o
periodista de este mundo, y verán que de la lectura realizada pueden sacar
conclusiones y conocimientos. No importa el autor, ni la temática, ni siquiera
el medio de comunicación… se entiende, se comprende lo que se lee.
Pero cuando aparecen los esbirros
del Sistema, todo se hace confuso y sospechoso de tal o cual cosa, para
bien o para mal… Pero no se entiende de forma clara ni concreta.
No les conviene que así sea. Con párrafos como el segundo, se permiten escribir de forma
concreta y firme el TERCERO. Y así nos pueden condenar por lo que ellos
consideren que “puede estar demostrado”…
Permítanme asegurar que lo único realmente demostrado hoy por
hoy, al ser víctimas de todo este Sistema corrupto y degenerado, es nuestra
condición de ESTUPIDOS, condenados a
cadena perpetua en libertad… Eso que
ellos llaman libertad.
Se pueden fijar ustedes cuales son las palabras y
manifestaciones que utilizan los políticos, los abogados –gran cantidad de
ellos son políticos- y funcionarios que prestan declaraciones orales ante
algunos jueces independientes –haberlos hay-; que recurren a los monosílabos, o
a las frases simples que no dicen nada: “Desconozco”,
“No me consta”, “No recuerdo”, “Ignoro”, “Posiblemente”, etc…
Bien podemos entender nosotros, los ciudadanos comunes, que
tanto los tres párrafos expuestos en esta nota, como la mayoría de los escritos
judiciales, y los discursos de nuestros políticos actuales, tienen un
componente común. Ese componente es el esfuerzo de unos y otros por mantenerse
en sus lugares de poder y riqueza, sin importarles a la mayoría, la suerte que
pueda correr la sociedad donde también ellos viven.
Son tan desalmados unos y otros, que llegan a olvidar que sus
hijos y nietos tendrán que compartir el aire con nuestros hijos y nietos.
Piensan que con asegurarles cantidades de dinero obsceno, o cargos de poder inmenso
tendrán la felicidad asegurada por generaciones…
Quiero pensar que no será así. Incluso desde esta cárcel
argentina imagino que mis hijos y nietos –que aún no nacieron- serán mucho
mejores que yo, y no se resignaran a que todo continúe de igual manera.
Valentín Temes Coto.
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