Estado de agitación, inquietud o zozobra
del ánimo. Esta es la definición que da sentido a esta palabra, que tantas
veces mencionamos a lo largo de nuestras vidas.
Cuando uno pasa cierto tiempo preso, en la
cárcel… se aprende a dominar de forma importante el estado de ansiedad que en estado de libertad es casi
imposible de poder dominar.
Desde el jueves pasado; es decir desde el
4 de septiembre, se despertó en Claudio Hernán Maidana y en mí mismo, un estado
manifiesto de ansiedad, que se genera con la esperanza de que pronto nos dejen
en libertad.
Tratamos los dos de dar calma a nuestras
reflexiones y esperanzas de cada día en la cárcel.
Mantenemos nuestras costumbres cotidianas
al máximo nivel, para no caer precisamente en una loca ansiedad por volver a estar libres.
Incluso llegamos a justificar los tiempos
que se pueden llegar a dar en conseguir la ansiada y merecida libertad que los
representantes del Sistema nos robaron
hace ya más de cuatro años.
Esperando aquí, en la cárcel, el recibir
la resolución al tratado de nuestra apelación y en especial al entendimiento
del nuevo hecho presentado y denunciado, nos encontramos con el increíble
acondicionamiento mental más inesperado en uno mismo. Un acondicionamiento a
otra nueva situación de espera y esperanza…
Resulta fascinante el poder entender la
flexibilidad de la mente propia, cuando se puede llegar a manejar sensaciones
tan fuertes como las que hoy nosotros seguimos viviendo y descubriendo.
También es importante, y en mi caso
particular bastante extraño, el encontrar una calma y una certeza de que lo
correcto está por demostrarse, y que no podemos caer en el deseo de venganza,
ni de liberar un odio hacia nuestros verdugos, como lógica de la situación que
estamos padeciendo.
Por el contrario, siento que nosotros
tenemos que buscar la Justicia que “siete
malos representantes” de la misma
nos negaron de forma arbitraria y calculada en exceso.
Ansiedad en estado de calma tensa…
Esperanza ansiosa, de poder ser libres…
Ansiosos sueños de volver al ayer, para encontrar el hoy después de cuatro
años…
Risas, llantos, sueños, lamentos… y ansias de vivirlos en libertad…
¿Por qué?
Será la próxima nota.
Valentín Temes Coto.
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