juez de la Casación
Pedro David, de 85 años, un prestigioso jurista que ocupó cargos de relevancia
en tribunales internacionales, no quiere dejar la Cámara de Casación tras el
fallo de la Corte Suprema que rehabilitó la cláusula constitucional que indica
que a partir de los 75 años los magistrados deben jubilarse o conseguir un
nuevo acuerdo del Senado.
La cuestión de David puso en
alerta a toda la Casación, al punto de que la presidenta del cuerpo Liliana
Catucci se reunió ayer en su despacho con Juan Mahiques, el enlace del
Ministerio de Justicia en los tribunales. El subsecretario de relaciones con el
Poder Judicial escuchó de boca de la jueza la situación y le preguntaron cómo caería
en el Gobierno si David se queda. La respuesta que recibió no conformó a la
magistrada.
David es juez de la Cámara
Nacional de Casación Penal desde la creación de este tribunal, en 1992. Su
carrera judicial, sin embargo, había comenzado 40 años antes de este
nombramiento. Tiene una extensa trayectoria académica, que incluye su Doctorado
en Derecho por la Universidad Nacional de Tucumán y Doctorado en Sociología por
la Universidad de Indiana, en Estados Unidos.
Es profesor emérito y ocupa
diversos cargos en la Universidad John F. Kennedy, cuya rectora hasta 2015 fue
María Elisa Herren, su esposa. También es profesor emérito de la University of
New Mexico, en los Estados Unidos. Su vasta trayectoria le permitió
desempeñarse bajo la órbita de la Organización de Naciones Unidas. Fue Juez Ad
Litem del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, en La Haya. A su
vez, David es miembro de un Consejo Asesor de la ONU.
Comparte la sala II de la
Cámara de Casación con Alejandro Slokar y Ángela Ledesma. Integra la sala más
garantista. Slokar, es funcioanrio del kirchnerismo y fundador e Justicia
Legítima, con sus posicioines está cerca de los postulados del Gobierno anterior,
y David y Ledesma, son más técnicos.
Todas las mañanas antes de
salir, tengo la costumbre de revisar los diarios digitales -argentinos y
españoles-, encontrándome hoy mismo con una publicación relacionada al Dr. Pedro Rubens
David, de la cual extraje estos cinco párrafos del comienzo, que son más sobresalientes para
dar lugar a esta nota que les traigo a Vds.; pues como salía con apuro para
visitar a Valentin, deje para ahora en la tarde su elaboración.
No deja lugar a dudas que el
“curriculum vitae” de esta persona es muy relevante, y toda su trayectoria
profesional de tantos años dan un perfil de ser una eminencia en su campo de
trabajo dentro del ámbito judicial que merece un respeto.
Pero Yo ahora y con
conocimiento de causa, les reflejo el otro perfil de este Señor en su campo
profesional al administrar las Leyes para hacer cumplir la justicia que es su
obligación, y que en la causa que nos ocupa de MANZANAS BLANCAS, demostró y está
probado su actuar de manera delictiva.
La publicación que hice el
16 último pasado SIGUIENTE
ACONTECIMIENTO, está referida a esta persona.
En el último párrafo reflejado
al comienzo procedente de diario La Nación, menciona a sus colegas de la Sala
II de Casación -Ledesma y Slokar- siendo la primera -Ángela Ester Ledesma- a
quien me refería en la nota del día 09 ACONTECIMIENTO
IMPORTANTE; que dicho sea de paso, esta Señora ya se excusó nuevamente en
otro expediente el día 21 de marzo pasado.
Volviendo al Dr. Pedro R. David, es asombroso como actuó en perjuicio de Valentin, pues la forma de
proceder que llevo a cabo en estos años no se corresponde con su prestigio
judicial, sino que demostró todo lo contrario, por ello pesan sobre él varias
denuncias penales de esta parte y que están bloqueadas en el Juzgado Federal Nº
9 de C.A.B.A. del Juez Luis Osvaldo Rodriguez, cuyas querellas penales tienen
base en los hechos allí expuestos probados en el trámite de la vía procesal.
Nosotros no inventamos nada,
todo ello es fruto de un laborioso trabajo de la causa principal que nadie hizo
caso a nuestros reclamos nunca, ni antes ni después del juicio; juicio que fue un
circo para justificar una sentencia fraudulenta tergiversada por los
integrantes del tribunal, secretarios y demás colaboradores para acallar a tres
inocentes dejando así cerrado el caso, con lo cual los verdaderos culpables quedaban
protegidos para no investigar.
Y este Señor -como bien reconoció
para excusarse- junto con Slokar y
Catucci confirmaron la sentencia el día 05 de Noviembre de 2015, estando
también estos últimos denunciados penalmente antes de la fecha citada.
La pregunta es obvia, y tendría
que ser oída por el mencionado magistrado, dado que es el único que sabe la
respuesta: ¿Qué le movió a este “prestigioso” juez comportarse así en la
causa MANZANAS BLANCAS?
Les dejo el link de la
publicación en el diario La Nación:
Lolo Temes Coto.
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