viernes, 3 de febrero de 2017

LIBERTAD E HIPOCRESÍA.

       Cada uno de nosotros tenemos diferentes opiniones sobre las más variadas cuestiones de la vida.
       Creo que la mayoría coincidimos en nuestras opiniones cuando nos referimos a cuestiones fundamentales para la convivencia y el progreso de la Humanidad. Pero solo una minoría se decide a sostener públicamente sus ideas y opiniones sobre cuestiones fundamentales.
       Una de esas cuestiones fundamentales es la que hace al derecho de cada persona a ser libre. Este derecho fundamental de cada uno de nosotros, es violado de forma reiterada por unos pocos que trabajan entre otras cosas para asegurarse ese derecho fundamental propio a costa de privar ilegalmente de la libertad a otros que pueden llevarlos a perder el injusto e ilegal uso de su propia libertad ambulatoria, aún después de haber cometido una catarata de delitos criminales.
       Puedo asegurar con total conocimiento de causa, que el estar privado del fundamental derecho de ser libre, supone un sufrimiento y dolor, que resulta de imposible descripción en estas líneas; y es por lo que solo puedo intentar graficar la trágica realidad que me envuelve desde hace seis años, explicando que personas con el cargo de jueces y fiscales decidieron con total premeditación y alevosía, encubrir a los verdaderos responsable de un delito de narcotráfico, fraguando la competentica y la plataforma fáctica en causa penal, para inculpar a personas inocentes, sin dudar en falsificar, ocultar y destruir pruebas que claramente llevarían a la realidad cierta del actuar de estos magistrados y de los narcotraficantes que fueron protegidos por estos siniestros personajes llamados: Jorge Ángel Brugo, Karina Rosario Perilli, Emilio Marcelo Guerberoff, Claudio Horacio Gutiérrez de la Carcova, Luis Alberto  Imas, Luis Gustavo Losada, Eduardo J. Funes, Alejandro Walter Slokar, Ángela Ester Ledesma, Pedro Rubén David, Liliana Elena Catucci, Javier Augusto De Luca, y otros más que completan la vergonzosa nómina de corruptos e inescrupulosos funcionarios judiciales argentinos, que representan lo peor de todo lo que cualquier ser humano con sentido común, claramente pueden valorar sin temor a poder estar errados.
       La hipocresía que está presente en toda nuestra sociedad, supone el salvoconducto para que los corruptos criminales magistrados argentinos, puedan continuar en sus puestos cubiertos de impunidad mientras utilizan los medios del Estado junto al corporativismo que bajo esa cultura de la hipocresía, permite que las denuncias no avancen durante años y continúen “escapando” de la obligación penal de rendir cuentas ante los Tribunales que más tarde que temprano, tendrán que procesar, condenar y…..encarcelar a estos magistrados antes nombrados, que llegan a estar dispuestos a matar al mismo que tienen privado ilegalmente de su libertad, con tal de poder buscar una salida de impunidad a su criminal actuar como jueces y fiscales.

       Valentin Temes Coto.

TEXTO COPIADO DEL ESCRITO POR VALENTIN.
Lolo Temes Coto.

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