Cada uno de nosotros tenemos diferentes opiniones
sobre las más variadas cuestiones de la vida.
Creo que
la mayoría coincidimos en nuestras opiniones cuando nos referimos a cuestiones
fundamentales para la convivencia y el progreso de la Humanidad. Pero solo una minoría
se decide a sostener públicamente sus ideas y opiniones sobre cuestiones
fundamentales.
Una de
esas cuestiones fundamentales es la que hace al derecho de cada persona a ser
libre. Este derecho fundamental de cada uno de nosotros, es violado de forma
reiterada por unos pocos que trabajan entre otras cosas para asegurarse ese
derecho fundamental propio a costa de privar ilegalmente de la libertad a otros
que pueden llevarlos a perder el injusto e ilegal uso de su propia libertad
ambulatoria, aún después de haber cometido una catarata de delitos criminales.
Puedo
asegurar con total conocimiento de causa, que el estar privado del fundamental
derecho de ser libre, supone un sufrimiento y dolor, que resulta de imposible
descripción en estas líneas; y es por lo que solo puedo intentar graficar la
trágica realidad que me envuelve desde hace seis años, explicando que personas
con el cargo de jueces y fiscales decidieron con total premeditación y
alevosía, encubrir a los verdaderos responsable de un delito de narcotráfico,
fraguando la competentica y la plataforma fáctica en causa penal, para inculpar
a personas inocentes, sin dudar en falsificar, ocultar y destruir pruebas que
claramente llevarían a la realidad cierta del actuar de estos magistrados y de
los narcotraficantes que fueron protegidos por estos siniestros personajes
llamados: Jorge Ángel Brugo, Karina Rosario Perilli, Emilio Marcelo Guerberoff,
Claudio Horacio Gutiérrez de la Carcova, Luis Alberto Imas, Luis Gustavo Losada, Eduardo J. Funes,
Alejandro Walter Slokar, Ángela Ester Ledesma, Pedro Rubén David, Liliana Elena
Catucci, Javier Augusto De Luca, y otros más que completan la vergonzosa nómina
de corruptos e inescrupulosos funcionarios judiciales argentinos, que
representan lo peor de todo lo que cualquier ser humano con sentido común,
claramente pueden valorar sin temor a poder estar errados.
La
hipocresía que está presente en toda nuestra sociedad, supone el salvoconducto
para que los corruptos criminales magistrados argentinos, puedan continuar en
sus puestos cubiertos de impunidad mientras utilizan los medios del Estado junto
al corporativismo que bajo esa cultura de la hipocresía, permite que las
denuncias no avancen durante años y continúen “escapando” de la obligación
penal de rendir cuentas ante los Tribunales que más tarde que temprano, tendrán
que procesar, condenar y…..encarcelar a estos magistrados antes nombrados, que
llegan a estar dispuestos a matar al mismo que tienen privado ilegalmente de su
libertad, con tal de poder buscar una salida de impunidad a su criminal actuar
como jueces y fiscales.
Valentin
Temes Coto.
TEXTO COPIADO DEL ESCRITO POR VALENTIN.
Lolo Temes Coto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario