Nunca podemos llegar a creer que jamás vamos a sentir
de tal o cual forma y manera, ya que el paso del tiempo y las circunstancias
de cada uno, llevan a que cualquiera pueda llegar a odiar lo que antes admiraba
o amara. Y también se puede llegar a perdonar al que durante años y años habíamos
enfrentado y reprochado por su actuar.
Jamás
podemos asegurar lo que creemos que no vamos a realizar mañana.
Tampoco
tenemos la capacidad de sentir hoy de igual forma que mañana.
Somos
unos seres que vamos combinando con el paso de los años. Muchas veces
evolucionamos para mejor, y otras para
peor. El paso del tiempo suele ir desmejorando los aspectos físicos de las
personas; y fortaleciendo la parte intelectual y anímica.
Las
experiencias de la vida van dando un perfil a cada uno de nosotros. Pero como
cada uno de nosotros somos diferentes,
jamás se encuentran dos personas que piensen o sientan de igual forma.
Considero
por todo lo antes mencionado, que no puede haber gente dedicada a decidir sobre
cuestiones que afectan al prójimo. Por lo tanto, entiendo que estamos obligados
a lograr una organización social diferente de la que conocemos, si es que
pretendemos llegar a ser justos y felices como especie.
Supongo
que para poder lograr ese ideal de sociedad, sería necesario que todo lo que
actualmente conocemos como mundo
civilizado, tendría que desaparecer, y vernos obligados a empezar de cero…..
De no ser
posible este cambio total, tendremos que
continuar resignándonos a llevar adelante una vida marcada por la falsedad e hipocresía
que todos mantenemos y soportamos ante el desconocimiento de lo ideal.
Pensar en
las cuestiones que hace a la felicidad y dicha del individuo en nuestra
cultura, es como creer que la vida real se corresponde con las insulsas series
de TV, que saturan a las familias en el planeta Tierra.
Al no
haber nacido ni crecido siendo realmente libres, nos encontramos con el
desconocimiento profundo de lo que significa ser, o poder ser feliz y libre.
La
infinidad de personajes que desde hace más de cuatro mil años gobernaron a las
diversas civilizaciones humanas, dieron todos ellos con un patrón común que
salvo muy extrañas excepciones, llevó a que los poderosos de turno crearan su
círculo íntimo de poder para asegurarse por generaciones sus puestos, y lograr
que la gran mayoría fuese esclava de sus decisiones, sus leyes y sus falsas
creencias.
Hoy
nosotros somos el resultado de todas esas culturas humanas entrecruzadas, que
sostienen en este siglo XXI las mismas consignas de más de cinco mil años.
Nosotros representamos la versión moderna y actual de unos seres que aún no lograron
conocerse a sí mismos, a pesar de los grandes estudiosos que llevan miles de
años diciéndonos de generación en generación, que los hombres somos la más
despiadada especie viva de la humanidad…. Por algo continuamos adaptándonos a
nuestra propia autodestrucción.
Valentín
Temes Coto.
ESTA PUBLICACIÓN ESTA COPIADA DEL ESCRITO DE VALENTIN
Lolo Temes Coto.
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