jueves, 10 de diciembre de 2015

EL NEGRO - Historias de la cárcel.

Tal vez podría contar cientos de anécdotas y situaciones que uno vive en ésta cárcel argentina. Tengo la certeza de que con muchas de esas notas arrancaría lágrimas en muchos de ustedes. Pero quiero hoy contarles la historia con final feliz de uno de los internos que pasó por este lugar de confinamiento.

Fue así: Un joven nigeriano que no era de Nigeria, ingresó al país –Argentina- como turista…..en el año 2007.

El joven turista de raza negra, con pasaporte falso, y que no era turista, se estableció en Buenos Aires y desarrollo en un par de años una organización de distribución de cocaínas en los principales hoteles porteños, y también en los lugares de moda en la noche de la Capital Federal.

Al mismo tiempo y en sociedad con  dos ciudadanos argentinos, estableció las conexiones necesarias para poder sacar sin ningún tipo de riesgo a cien mulas –personas que transportan droga en sus pertenencias o mayormente en su cuerpo después de ingerir entre 0,500 kgs. a 1,500 kgs. en cápsulas- por semana.

Los socios argentinos consiguieron que funcionarios de la Policía Aduanera del Aeropuerto de Ezeiza y de Migraciones les garantizasen total impunidad para ellos y sus mulas durante más de tres años, a cambio de U$D100.000,00 semanales. Es decir: U$D1.000,00 por cada mula que era embarcada en los vuelos de Iberia con destino a España.

El negro nigeriano, que realmente era de Sudáfrica, conseguía la cocaína por medio de sus contactos residentes en Madrid (España). Contactos que tenían una organización completa en Bolivia, y que se encargaba de entregar semanalmente en Bs. As. más de 500 kgs. de cocaína para ser comercializada entre la noche porteña y la mayor parte exportarla den de esas cien mulas semanales de más de veinte nacionalidades, que siempre estaban dispuestas y ansiosas a viajar.

Todo era perfecto para los tres socios y demás colaboradores, hasta que una de las mulas se arrepintió antes de embarcar con destino a Madrid.

Ni que decir que la organización también tenía controlado  –pagado por anticipado- el ingreso de las “mulas” contratadas a su llegada a España. Es decir, y tenemos cientos de testimonios que dan certeza de que POLICIAS Y AGENTES ESPAÑOLES AL IGUAL QUE LOS ARGENTINOS COBRABAN POR ASEGURAR EL INGRESO SEMANAL DE MÁS DE CIEN PERSONAS CON DROGA DESDE EL AEROPUERO ARGENTINO DE EZEIZA EN VUELOS DE IBERIA. Argentina y España unida por la corrupción policial aduanera……..

Pero volvamos a la mujer que cuando tenía que pasar por el control aduanero  y de migraciones, decidido entregarse y declararse culpable. Es una española que fue reclutada en una calle de Madrid. Consumidora de drogas, sexo y alcohol que tenía un hijo a cargo de sus propios padres y que descubrió en Buenos Aires, que estaba embarazada de dos meses. Ese embarazo fue el motivo del miedo a morir o a destruir a ese hijo que ya tenía en su vientre.

Esta mujer española terminó con toda la organización internacional de un “plumazo”, y sin siquiera haberlo pretendido ni entendido.

Por hacer disciplina de la brevedad, tengo que dejar sin relatar todos los detalles y episodios ocurridos entre el momento en que la mujer queda a cargo del Juez del Penal Económico, su ingreso y egreso de prisión, y la tumultuosa detención, condena y excarcelación del muchacho nigeriano nacido en Sudáfrica. La historia realmente valdría la pena contarla para poder entender el nivel de corrupción existente entre las autoridades judiciales y policías argentinos, así como la total falta de escrúpulos de las personas que conforman estas organizaciones macrocriminales. Organizaciones que son de dos tipos: Una oficial con jueces, fiscales y policías. Y otra con privados desalmados que no dudan en matar a cualquiera si es necesario para sus fines.  

La mujer española entregó todos los datos que conocía referentes a la organización que la contrató para llevar la droga a España. Entregó esa información al Juez y consiguió ser excarcelada después de estar dos meses detenida. Posteriormente fue condenada a dos años de prisión, por lo cual continuó con el beneficio de la excarcelación sin poder abandonar Argentina.

El juez, el Fiscal y el Tribunal de Juicio jamás se preocuparon por la situación que enfrentó esta mujer –confidente arrepentido- en la calle. Fue madre del hijo que ya esperaba, y actualmente vive en un domicilio de prestado. El domicilio es de un recluso que recibía sus visitas  y por las cuales le abonaba un dinero. Así es como subsiste esta ciudadana española que ahora tiene un hijo argentino, y que no piensa en regresar a España por falta de medios, vergüenza al reencuentro con su familia, y también por la esperanza de conseguir formar una familia junto a ese recluso generoso que pronto estará libre.

Por otro lado y tras la declaración de la mujer, fueron detenidas tres personas en Buenos Aires. Eran los encargados de atender a la “mula” –la mujer española- para alojarla en un hotel, entregarle las cápsulas y controlar la correcta ingesta de las mismas. Esas cápsulas rellenas de cocaína habían sido preparadas por ellos mismos. Estos tres hombres respondían directamente al hombre de color que decía ser nigeriano y conocían también a sus dos socios argentinos.

Los tres detenidos pasaron seis meses presos, porque cuando plantearon a sus abogados que estaban dispuestos a entregar a los dos argentinos importantes que eran socios del nigeriano, los letrados  que habían sido puestos por la organización, idearon un plan de defensa sencillo y práctico: Entregar al nigeriano, responsabilizarlo de todo el entramado, y no mencionar a los dos socios encargados de coimear a la policía aduanera.

El plan se desarrolló rápidamente con la anuencia y colaboración del Tribunal que fue generosamente gratificado. El nigeriano de color negro, nacido en Sudáfrica se pasó cuatro años preso, fue junto a la mujer española el único condenado, y pudo irse en libertad para su país por haber guardado silencio y soportar la maniobra urdida por sus socios y abogados. Disfrutó de una buena vida en la cárcel y llegó a llevarse incluso una importante cantidad de U$D (dólares) a su salida. La condena fue de 8 años y a los 4 años se pudo ir expulsado para su Patria………

Ustedes se preguntaran cual fue el final feliz de esta historia. Imagino que estarán pensando en la trágica vida se ve obligada a soportar esa mujer española y su hija nacida en semi-libertad. Supongo que se darán cuenta de lo corrupto que es el sistema judicial argentino. Entiendo que también valoran muy negativamente a nuestros funcionarios  de control en el aeropuerto de Madrid. Pero tengo el convencimiento de que no pueden entender cuál puede ser ese final feliz……

El negro nigeriano lo explicó fácilmente, con profundidad y gran razonamiento, en estas palabras: “Soy negro, con pasaporte falso, tengo antecedentes, disfrute de una buena vida en Buenos Aires durante más de tres años, pasé cuatro años preso sin problemas y con beneficios y lujos impensados para un negro preso, me dieron un dinero para poder volver a empezar en otro lugar, sigo sano y vivo………ya solo tengo que olvidar”.

Este fue el final feliz para ese hombre. Para la sociedad toda esta historia es una muestra más del fracaso como conjunto. Narcotraficantes, oportunistas vivos y funcionarios se mezclan permitiendo que la droga se instale en medio de todos nosotros matando, corrompiendo, enriqueciendo y arruinando a unos y a otros. No hay buenos ni malos en esta historia real, solo víctimas de los que son sus propios victimarios.

Valentín Temes Coto.

07/12/2015




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Lolo Temes Coto
















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