Los días dos y tres de octubre se juntaron en Mar del Plata
quinientos jueces de la Argentina.
En medio de esos jueces pude ver en unas fotos tomadas el jueves día dos, que se encontraban CUATRO de
los SIETE MAGISTRADOS CORRUPTOS, que
venimos denunciando sin descanso.
Y después de leer las crónicas de diversos, variados y
opuestos medios de comunicación, me sorprendí con algunas de las
manifestaciones que presento el Dr. Lorenzetti.
En realidad más que sorpresa fue confirmación de cuál es el
verdadero pensamiento de la familia
judicial, de una parte de esos 500 jueces, y de su JEFE.
Un pensamiento inveterado,
del mismo modo que son los criterios de estos funcionarios, que por estar en un
espacio superior al de sus semejantes, se sienten impunes ante los reclamos de
los mismos.
Y lanzando un mensaje político de claro contenido fascista,
antiguo y obsoleto se sitúan por encima de la sociedad en general. Lo hacen –eso
si- invocándose como la última e independiente alternativa que les queda a los
ciudadanos, para poder vivir en paz…
Presentan proclamas de unión entre ellos mismos, para
protegerse de los agravios y de las críticas que les llegan por medios de
comunicación y de los ciudadanos en general. Es decir que el problema no está
en sus fallos, sino en la sociedad y en unos pocos periodistas que se atreven a
criticar esos fallos.
Esta es la visión de los magistrados que se reunieron en Mar
del Plata. Si es así de cierta esta afirmación que yo aventuro aquí, estamos
realmente en un problema similar al que se vivió en Europa hace más de
quinientos años…
Los representantes de la Justicia –esa alegoría tan
particular- en Argentina, no se hacen eco de ninguna falencia propia, ni
siquiera de la necesidad de adaptarse a los tiempos actuales que tan en
evidencia están dejando a muchos de sus integrantes.
Con su Jefe al frente sueltan palabras de “grupo”, de
“partido”, de “poder”.
¿Qué son, que representan, a quienes representan, quienes les
pagan?
¿Recordaran su juramento cuando asumieron el cargo?
Existen dos cuestiones que me sorprenden de sobre manera en
esta “familia judicial”:
a)
La
mayoría que son profundos creyentes, hacen oídos sordos de la palabra de Jesús
a la hora de reconocerse en falta y ser humildes…
b)
Unos
cuantos, muchos diría yo, que son tan seguidores y buenos traductores de la
cultura yanqui, hacen desprecio de nuevas tendencias que sus colegas ya están
empezando a poner en marcha para mejorar el problema de la droga en su
desquiciada sociedad.
Será que realmente no son ni tan católicos ni tan pros
americanos; y lo más lejos que llegan es a ser unos oportunistas del momento
actual para aferrarse a sus sillones de poder tan bien retribuidos.
Y esta frase que merece una atención especial, a mi humilde
entender:
“A los jueces y juezas
les incumbe el combate del narcotráfico, pero necesitamos políticas de estado
claras”
El Dr. Lorenzetti no creo que tenga conocimiento de cómo
combaten el narcotráfico los jueces del Penal Económico. Imagino que desconoce
las vinculaciones de varios jueces -como los que conformaron el TOPE 3 en la
causa Manzanas Blancas- con organizaciones como la DEA. Quiero suponer –y así
espero que pueda ser- que el Dr. Lorenzetti desconoce que cuatro de los jueces
que lo acompañan en esa foto de “grupo unido”… son corruptos. Quiero no tener
duda alguna –aunque ya no me caben más- que el Presidente de la Suprema Corte
de Justicia, desconoce como miembros del Tribunal que juzgó y condenó a tres inocentes
se pasaron horas atendiendo sus celulares y comportándose como inquisidores. También
me gustaría tener certeza del desconocimiento que pueda tener, en ver que una
jueza que era Secretaria en la Instrucción de la causa, que tomo y participo de
decisiones importantes y claves desde el primer día, se rehusó a apartarse como
jueza en la conformación del Tribunal. Incluso después de haber sido nombrada
por una testigo (funcionaria de la Aduana) que la nombró de haber despachado
con ella –como Secretaria- la custodia de un contenedor con pruebas del delito…
y que a la postre desapareció –se está cursando una causa en juzgado federal,
donde están imputados el Juez de Instrucción Brugo y la testigo del debate
Patricia Velázquez que despachaba con él en el juzgado- dejando a los tres imputados
privados de su derecho de defensa.
Si llega a S.S este escrito, y puede interesarse por lo aquí
expuesto, antes de que pasen más años, vera Dr. Lorenzetti que entre sus
“fieles jueces de grupo” tiene inoperantes, corruptos y verdaderos
delincuentes. Yo –sigo con mis ilusiones- quisiera que fuese S.S el que
ordenase investigar como corresponde y con claridad el actuar de los jueces que
trataron la causa Manzanas Blancas desde la Instrucción hasta el final del
Debate Oral. De hacerlo así, no tengo duda de que en la próxima reunión de
jueces, usted mismo haría un reconocimiento de responsabilidad y culpa por el
abuso y engaño que parte de la sociedad sufrimos –en mi caso con la cárcel como
morada- por estar bajo el desempeño de estos jueces que reiteradamente
denunciamos: Jorge Angel Brugo, Luis Gustavo Losada,
Luis Alberto Imas, Karina Rosario Perilli, Claudio Gutiérrez de la Carcova.
Ante este escenario tan desolador para un ciudadano común,
como es mi caso, me pregunto cómo podré yo conseguir que unos cuantos de esos
jueces reconozcan –viendo, analizando y confrontando las pruebas- que SIETE CORRUPTOS MAGISTRADOS DE ESTE PAIS
cometieron la ilegalidad de condenar a tres personas inocentes, para poder así
seguir presentando sus credenciales de lucha contra el delito. Y peor aún es
que parte de esos SIETE DELINCUENTES, también son los que intentaron cobrar u$s
500.000 por liberar a este que aquí escribe y que sigue denunciando lo sufrido.
Desconozco cuál será el tiempo necesario para que en las
fotos como las de ayer, se puedan distinguir con círculos rojos de desprecio y
castigo a los que tan inmerecidamente, se sitúan al frente de una despreciable
reunión de funcionarios caducos.
Valentín Temes Coto.
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