Hace ya varios meses que
dejé de escribir en nuestro Blog, esperando que alguna novedad importante en la
causa, me obligue a tener que presentar una nueva nota interesante.
La noticia importante me
llegó hace unos días, cuando mi hermano Lolo me dio la comunicación que por
e-mail recibió de la esposa -ahora viuda- de Juan Cárdenas.
Juan y yo nos conocimos
en el año 2006 en Rio Negro. Fue uno de los más importantes proveedores de
fruta (pera y manzana) de mis empresas hasta el mismo año 2010, en que fui
obligado a cesar en mi actividad.
Juan Cárdenas era frontal
y apasionado en su trabajo, y en sus formas. Tenemos discutido fuertemente por diferencias
a la hora de acordar un valor para la fruta por él entregada, y por mi
exportada. Llegó Juan a marcharse con su camión cargado de peras y manzanas, y
dejar mi empaque sin fruta para trabajar; porque yo le había descontado $10.000
(DIEZ MIL PESOS) en una liquidación de más de $300.000 (TRESCIENTOS MIL PESOS). Pero siempre nos volvíamos a sentar frente a
una mesa, para negociar, acordar y seguir haciendo negocios año tras año.
Juan defendía su trabajo,
su esfuerzo, sus productores, y su familia. De frente, sin vueltas ni diplomacia
me dijo una mañana del 2009, que “ese hombre te va joder gallego; te va a robar,
ya lo verás….(sic)”. Lo escuche pero no le respondí para no entrar en polémica y
poder seguir adelante con aquel contrato que ya estábamos por firmar……El tiempo
le dio razón a Juan…..ESE HOMBRE ME JODIÓ Y ME ROBÓ.
Juan Cárdenas se presentó
en el juicio oral y declaró de forma clara y contundente a las preguntas del
Sr. Fiscal y del Tribunal (TOPE3). Su testimonio aseguraba la total
imposibilidad de haberse podido colocar droga en las cajas de manzanas mientras
estaban en el frigorífico o en el empaque de la Empresa Frutol. Su amplia declaración
fue desdeñada por el TOPE3, a tal punto que, si uno escucha la grabación del
audio con los dichos de Juan, y los compara con el resumen que el TOPE3
presentó en la sentencia condenatoria sobre los testimonios; bien puede
entenderse la arbitrariedad escandalosa que SS.SS. aplicaron durante todo el
proceso. Los dichos de Juan Cárdenas, y de la mayoría de los otros testigos
fueron “descartados” y olvidados, en claro contraste con la utilización y
valoración de los dichos del conductor Suarez, con los que fundamentaron SU FALSA
SENTENCIA CONDENATORIA.
Juan Cárdenas murió esperando
que nos pudiésemos encontrar nuevamente frente a una mesa.
¡Lo siento de corazón
porque Juan y yo éramos amigos!
No creo en la vida eterna
ni en el más allá…..Pero desde aquí ofrezco y mantengo mi sincera amistad para
con la familia y de mi amigo Juan Gregorio Cárdenas.
Valentín Temes Coto.
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